POV Rámses. PERO ESTO APENAS COMIENZA

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—Los que quieran ir al paseo por la costa y que estén en condiciones de ir sin vomitar, vayan al puerto que zarparemos en unos minutos—gritó Karianni mientras caminaba a lo largo de la playa

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—Los que quieran ir al paseo por la costa y que estén en condiciones de ir sin vomitar, vayan al puerto que zarparemos en unos minutos—gritó Karianni mientras caminaba a lo largo de la playa.

—¿Quieres ir?—no quería que el día acabase, así que esperaba que dijese que sí y lo hizo.

Caminamos hasta el lugar del bote pero sin la brisa nocturna comenzamos a tener calor, así que me ofrecí a llevar las sudaderas hasta la camioneta. Pero habían muchos chicos aun borrachos, por lo que corrí, no quería dejarla sola tanto tiempo, y razón tenía de temer porque cuando regresé un baboso intentó poner sus asquerosas manos en su cintura, con el único pretexto de ayudarla a bajar al bote. Ella se estaba negando pero el insistía, le di un fuerte manotón para que no se le acercara y bajé de un salto al bote para ayudarla yo, ella terminó cayendo en mis brazos y no tuve más remedio que tomarla por la cintura para que no se golpease, pero aproveché la ocasión para dedicarle una mirada asesina al baboso, quería que viese de quien era Amelia y dejárselo muy claro.

—Siempre es así de baveux— refunfuñé en cuanto nos sentamos, seguía molesto con el imbécil ese—. Baveux, como un caracol

—¡Baboso!—exclamó y su repentina alegría por haberme entendido me dio risa. Fue inevitable carcajearme y noté como cada vez que lo hacía ella sonreía conmigo.

Tengo que empezar a reirme más sin con eso logro que ella también lo haga.

¡Cuatro putas horas! Un paseo de cuatro putas horas en un desgraciado bote. Me dolía el culo de todas las veces que reboté contra el asiento de madera, los músculos me ardían de toda la fuerza que hice para que Amelia no rebotase tan fuerte, no saliera despedida en algún salto o fuese golpeada en alguno de los vaivenes. ¡CUATRO DESGRACIADAS HORAS! ¿Quién carajos hace un paseo en bote de cuatro horas con adolescentes tomados?. Uno de ellos comenzó a vomitar y activó una reacción en cadena, donde puedo jurar que parte de lo jugos gástricos que expulsaron cayeron en la camisa de Amelia, pero ni así la solté.

Cuando por fin las cuatro miserables horas de bote se acabaron me bajé de allí completamente destruido. Estaba cansado, adolorido y bastante molesto con los supuestos "adultos" de este paseo, que encontraban particularmente divertido saltar las olas... claro, no era el culo de ellos que recibían los golpes.

Mis ojos me pesaban y tuvimos que irnos porque no podría manejar del cansancio. Amelia tensó sus músculos mientras más cerca estábamos de su casa, pero no pensaba llevarla allá, acababa de pasar las peores cuatro horas de mi vida, me merecía dormir a su lado muy acurrucado junto a ella.

—Asumiré que no quieres ir a tu casa aún, así que no vamos para allá—y respiró aliviada con mis palabras.

Pocos minutos después estacioné en la casa. Le había avisado a Gabriel que saldría, pero nunca dije con quien regresaría, quería a Amelia solo para mi y eso implicaba que mi hermano no se enterase de su presencia. Entramos a la casa y saqué algunas cosas de la nevera, ella no había comido bien y yo ya comenzaba a tener hambre.

No Juzgues La PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora