Capítulo 14. YO NO SOY MARY, POR MÁS COMPLEJO QUE TÚ TENGAS DE LIMPIA CHIMENEAS

12.7K 1.1K 637
                                        

—¿En qué momento se nos acumuló tanto trabajo?—le pregunto a Pacita mientras vamos en el auto de Rámses rumbo a su casa, junto con Gabriel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿En qué momento se nos acumuló tanto trabajo?—le pregunto a Pacita mientras vamos en el auto de Rámses rumbo a su casa, junto con Gabriel.

No sé si es que los profesores se volvieron locos, hicieron algún complot en contra de los estudiantes o que quizás, he estado tan distraída que olvidé por completo los tiempos de entregas de tres trabajos en tres asignaturas distintas. Pero como fuese el caso, vamos camino a casa de Marypaz para reunirnos los cuatros y terminar de una buena vez con todos ellos.

Tuvimos que escoger la casa de Pacita, porque sus papás le negaron por completo la posibilidad de que ella fuese a la casa de Gabriel, a quien anunció como su novio. Por supuesto, que esa parte los chicos no lo saben, mucho menos que fue lo que mi querida amiga tuvo que decir cuando, dormida en el auto con su familia, terminó suspirando el nombre de Gabriel. No pude negarme, yo también había mentido sobre la relación que existía entre Rámses y yo. Si él se enteraba de que era mi novio ficticio moriría de vergüenza, por esa razón, aquí estamos, estacionando frente a la colorida casa de Pacita, enredadas con tantos papeles y fotocopias, mientras que los chicos cargan los libros que tuvimos que retirar de la biblioteca, contando con la influencia de su tía, para que nos dejaran retirar tantos libros.

Los papás de Pacita no se encontraban, pero sus hermanos pequeños de 7 y 9 años si, así como Angélica, la niñera, que en conjunto formaban lo que los papás de Pacita denominaban "suficiente anticonceptivo para quedarse tranquilos". Colocamos todo sobre la mesa cuando dos criaturas se guindaron a mi cintura

—Amelia—gritaron al unísono.

—Enanos—respondí despeinándolos— tenía tiempo sin verlos

Los hermanos pequeños de Pacita me abrazaron con fuerza y salieron corriendo, persiguiéndose él uno al otro.

Como siempre yo era la que llevaba la batuta para organizar los trabajos, y estos no serían la excepción.

—Pacita: resumen y síntesis. Gabriel: Introducciones y conclusiones. Rámses: esquematizar y contenido. Yo comenzaré a escribir lo que ya tenemos y te ayudo con el contenido—indiqué, mientras todos ponían manos a la obra.

Me senté en la computadora y comencé a transcribir lo poco que había adelantado Pacita, cuando el ruido de una silla siendo arrastrada a mi lado me sacó de mi concentración.

—Yo te dicto Beleza, y tú escribes—anunció Gabriel muy cerca de mí.

Su tibio aliento rebotó de mi cuello y por instinto me giré para buscar a Pacita, pero estaba de espalda a nosotros. Gabriel me sonreía, esperando que pusiese manos a la obra para comenzar a escribir.

—Comencemos con el trabajo de los cromosomas—susurró, produciéndome escalofríos. Con manos un tanto temblorosas abrí el documento que estuve preparando y asentí cuando estuve lista para que comenzara a dictarme—. "Los cromosomas están formados por dos cadenas de ADN repetidas..."

No Juzgues La PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora