No Juzgues La Portada

POV O'Pherer - Oytar . ¡FEO!

(Todo lo que lean en cursivas  y /// son flashbacks o recuerdos)

Pov Mike Oytar

—¿A qué hora es tu vuelo?—pregunté.

—Tres horas, me queda tiempo aún—me abracé a su cuerpo y suspiré su dulce aroma—. ¿Estás bien?.

—Si—una pequeña mentira a medias, así que rectifiqué—. No mucho. Sigue siendo muy difícil ésta fecha.

—Me gustaría ir contigo.

—¿No se te haría raro? Fue mi primer amor...

—Pero no iré por ella, sino por ti.

Besé su cuello y amoldé mi cuerpo al suyo.

—¿Revisaste el documento de la fusión Zuckes?.

—Sí, incluso me dio tiempo de dejar algunos cambios. Me tiene preocupado es la demanda Nauparí, esa tendré que revisarla en el viaje porque no estaba listo el preliminar.

—Entonces estás listo...—su voz se apagó, conteniéndose de decir algo.

—Yo también te voy a extrañar—le dije con un beso en los labios y el miedo que vi en sus ojos desapareció.

—Ya anunciaron tu vuelo por tercera vez—le recordé y ella volvió a suspirar en mi cuello.

—¿Me llamarás? Sé que no eres de llamar y que-

—Te llamaré y tú puedes llamarme cuando quieras, siempre te atenderé.

—Confirmaré tus vuelos de regreso y revisaré los documentos que me dejaste apenas llegue para enviártelos.

—¿Podrías también monitorear el juicio de Nilla Saveu? No podré hacerlo en el aeropuerto.

—Claro, no te preocupes, yo lo haré y revisaré también tu agenda y los recordatorios.

—¿No será mucho trabajo? Ya de por si tienes bastante qué hacer.

—Puedo con ello, no te preocupes, además, sin ti manteniéndome despierta hasta la madrugada rendiré mucho más.

—Pero reconoce que eres otra persona cuando estás bien follada, una más divertida y amigable.

Estiró su cuello hasta atrás para reírse con ganas. Aproveché de besarlo.

—Lo reconozco, tu paquete me pone de un excelente buen humor.

—Y una persona feliz es un trabajador feliz, así que...

La tomé por la nuca y la atraje hasta mí para besarla. La extrañaría mucho, es la verdad. Estaba acostumbrado a tener contacto con ella las 24 horas al día. Tener solo que conformarme con escasas llamadas telefónicas no me hacía gracia.

—Y a mí tú completica, me pones de todos los humores posibles. Escríbeme todos los días y no solo cosas de trabajo. Hablo en serio, novia.

—Muy bien, novio. Lo haré y solo por eso te ganaste las primeras fotos comprometedoras.

Amaba sus fotos comprometedoras porque por lo general terminábamos en un candente sexo telefónico. Tenía que asegurarme de tener habitación individual.