Me llamo Amelia, y hace un año me enamoré perdidamente de Daniel, un chico que me cautivó y me hizo vivir la mejor de las historias de amor, pero también la decepción más grande que una chica puede pasar: una violación. Y hoy, a pesar del tiempo no...
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El sol me dio de lleno en el rostro cuando me desperté. Estaba abrazada a Rámses, apoyada en su pecho y con nuestras piernas entrelazadas. Me acurruqué más cerca de él porque nunca era suficiente para mí.
—Bonjour Bombón— susurró contra mi cabello y sonreí dándole un beso en su pecho desnudo.
—Bom día—saludó Gabriel desde su cama improvisada.
Suspiré profundo mientras recordaba que no estábamos solos en la habitación.
Necesitaba ir al baño pero cuando me quise levantar Rámses me apretó contra él y negó, un pequeño pellizco en mi trasero me dejó claro que estaba sin pantalones de pijama, en algún momento de la noche Rámses me despejó de ellos. Él francés se removió en la cama y los tomó del piso al lado de su cama y me los tendió. Hice maromas debajo de la sabana pero pude colocármelos y me paré apurada y urgida.
—Me hubieses dicho que cerrara los ojos Beleza.
—No confío que no hubieses espiado—grité desde el baño.
—Me empiezas a conocer—burló y luego escuché un sonido parecido a un almohadazo y unas risas ahogadas.
Salí sintiéndome más tranquila y caminé a la cama para tumbarme otra vez al lado de mi novio.
—He estado pensando...—anunció Rámses—en cambiar de carrera.
Me lo quedé mirando, un tanto sorprendida, pensé que le llevaría más tiempo tomar la decisión. Gabriel se levantó de su cama con almohada en mano y apremió a Rámses para que se rodase.
—O te mueves o me acuesto del otro lado—amenazó y funcionó. Ahora los tres estábamos apretados en la misma cama—. Ahora sí, habla.
—No quiero estar limitado en el ejercicio de mi carrera. Lo que vi durante la visita con Hayden... me podía imaginar haciendo eso, pero si me graduó de odontología no podré y quiero poder tener la oportunidad de hacerlo si quisiera.
—Quieres mantener todas tus opciones abiertas—concluí por él y en respuesta asintió y me besó la frente.
—Pues en ese caso, tenemos que investigar las mejores universidades y reestructurar tus opciones. Iré por la laptop—Gabriel se levantó de la cama y tomó la laptop de Rámses desde su escritorio.
Bajé a preparar el desayuno mientras los chicos seguían con la investigación y mientras el resto de la casa dormía, desayunamos en la cama sin dejar de trabajar. Finalmente la primera opción se mantenía en Columbia, la segunda era Harvard y la tercera Boston.
Su segunda opción era la que mejor nos resultaría, porque estaríamos viviendo cerca el uno del otro. Cuando Fernando se despertó Rámses se levantó y le mostró todo lo investigado y su decisión. Su padre le dio todo el apoyo que esperaba y tampoco lució sorprendido por la situación, de hecho confesó que eran los planes de Hayden desde un principio.