Me llamo Amelia, y hace un año me enamoré perdidamente de Daniel, un chico que me cautivó y me hizo vivir la mejor de las historias de amor, pero también la decepción más grande que una chica puede pasar: una violación. Y hoy, a pesar del tiempo no...
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—Yo siempre supe que iba a ser un niño, se lo dije a Fernando cuando me mostró el primer eco. No es que lo hubiese visto allí, es que simplemente lo sabía. Karen insistía en acariciar su barriga llamándola Gabrielle y yo le recordé todas las veces que sería Gabriel. ¡Como le molestaba que se lo dijese!. Me insultaba y hasta dejó de hablarme un día entero.
Mike se reía a carcajadas por el recuerdo.
—Todo era rosado. Todo. Karen insistió en comprar todo de niña en parte para molestarme. Yo había comprado muchas cosas azules pero no se las entregué porque amenazó con hacérmelas tragar y la creí bastante capaz.
—Y pudo haberlo hecho. Karen era muy terca, yo le pedí que un doctor nos revelara el sexo, pero no, se negó rotundamente. ¡Hasta me acusó de traición!.
—Cuentales lo que dijo en el quirófano cuando se anunció que era un niño.
—"¿Me estas jodiendo?. Ese puto abogado te pagó, ¿no es así?"
—¿Le dijo eso al doctor?—pregunté riéndome y escandalisada.
—El doctor era Hayden, Bombón.
—"Quiero verle el pene. Muestrame el puto pene, Hayden y como esto sea un chiste te arrancaré el tuyo" gritó—Fernando se carcajeaba con tanta fuerza que sus ojos lagrimeaban—. Intentaba calmarla, pero me mandó al carajo y seguía gritando "¡quiero verle el pene!".
Comenzaba a entender de donde aprendió Rámses su forma de hablar y su aficción para arrancar penes.
—Entonces Hayden le mostró el pequeño pene...
Gabriel se aclaró su garganta y entornó los ojos. Fernando rodó los suyos.
—Entonces Hayden le mostró el inmenso pene, completamente desproporcional para ser tan solo un bebé y la envidia de todos los demás recién nacidos, a Karen y...
—¡Hasta yo la escuché!—interrumpió Mike—. Gritó: "Maldito abogaducho de Merde, tuvo que comprar a alguien, lo hizo, alguien se lo dijo. Lo mataré, cuando salga de aquí le arrancaré la polla y lo mataré. Hayden, serás padrino de este también, porque mataré a Mike".
Todos los comensales a nuestro alrededor nos miraban con cierto reproche. Estabamos perturbando su pacifica cena con nuestro escandalo, pero es que era imposible no reírse de ese cuento.
—Salió vestido del hospital con la ropa que yo le habia comprado. Se veía adorable con su ropita azul con ositos marrones—Mike pellizcó las mejillas de Gabriel y éste le quitó su agarre adolorido.
—Voy a dejar constancia que el relato es completamente verídico, sobre todo en la parte de mi enorme dotación masculina—el portugués era un presuntuoso al respecto, aunque creo que era un mecanismo de defensa para repeler las burlas continuas de su hermano, quien desde ese momento comenzó a llamarlo Gabrielle.
