CAPITULO 65. ERES MI ACOSADOR Y YO SOY TU ACOSADA.

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—No me quiero levantar—refunfuñé contra el pecho de Rámses.

—Pero tenemos que hacerlo si no quieres conocer a un Fernando O'Pherer muy estresado. Odia las mudanzas y llegar tarde a los aeropuertos.

Como si lo hubiese invocado Fernando tocó en la puerta del cuarto: —Chicos, hora de levantarse.

Rámses sonrió y se levantó arrastrándome con él. Tomamos un baño juntos, pero fue solo un baño por más que insistí en que se convirtiese en otra cosa, pues lamentablemente su papá no dejaba de gritar desde abajo, dando órdenes y recordatorios para lo último que debíamos hacer antes de marcharnos.

Ya vestidos salimos del cuarto y conseguimos a Mike y a Hayden en la sala, tomando café y desparramados en el mueble. Creo que no fuimos los únicos con una noche bastante movida porque ellos lucían fatal.

En la cocina Fernando nos sirvió un plato con nuestros desayunos y volvió a gritarle a Gabriel para que se apurase. Cuando pasaron cinco minutos sin que el portugués apareciese, Fernando refunfuñando subió a buscarlo.

—¿Dónde está Gabriel?—preguntó cuándo regresó a la cocina. La cara de sorpresa de ambos lo puso en alerta.

Buscó su teléfono y soltó una maldición cuando no logró comunicarse. Le hizo una seña a Mike y este se apartó para llamar, imagino que a Gabriel también, pero negó con la cabeza en respuesta y Fernando soltó una maldición.

Rámses se levantó y subió a buscar nuestros teléfonos. Comencé a llamar a Marypaz, pero me enviaba a la contestadora. Rámses en cambio llamó al hotel donde se quedó su hermano y estuvimos atentos a lo que le estaban diciendo.

—Buenos días. Necesito saber si un huésped ya se retiró del hotel. Realizó una compra el día de ayer en nuestra tienda y acordó el envío a la habitación, pero tenemos retraso en el despacho—estaba impresionada por la fluidez con que la mentira salía de la boca del francés.

Mike y Hayden con un semblante mas alerta también escuchaban la conversación, aunque un tanto divertidos al mismo tiempo que preocupados, mientras que Fernando, con sus brazos cruzados sobre el pecho esperaba la respuesta. Sus musculos estaban tensos y su ceño fruncido.

—Jeanclaude Charpentier—dijo Rámses y mi boca se abrió cuán grande era.

Mike soltó una carcajada tan fuerte que Hayden tuvo que pedirle silencio. Fernando estaba ahora realmente molesto.

—Es que tienen hasta nombres artísticos y todo—se burló Mike

—¿Y tendrán también documentos falsos?—preguntó Hayden guindándose de los hombros de un muy serio Fernando.

No Juzgues La PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora