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—El primo materno de Minseok se ha ofrecido —Jongdae levantó los brazos orgulloso de poder conseguir aún candidatos para el puesto de niñera, o niñero en este caso. Jongdae estaba perdiendo la fe en sí mismo, pero era una estrella, alguien completamente fuera de serie que conseguía todo lo que se proponía. Menos el afecto de Sook.

—¿Baekhyun? ¿El niño de trece que estaba obsesionado conmigo cuando entramos a la universidad?

—El que viste y calza, ¿prefieres eso o llevar a tu niño endemoniado al trabajo?

Chanyeol bajó la cabeza y rascó su mentón, era la única opción que tenía en el momento, además no dejaría a su bebé en manos de un extraño, era Baekhyun. El chico que apenas fue golpeado por la adolescencia corrió a los brazos de Chanyeol jurándole amor eterno, podía haber sido raro años atrás, pero confiaba de alguna manera en él, tenía buenos recuerdos con él, a decir verdad.

—Está bien.

—Sabía que lo ibas a escoger, no es como que tengas a alguien más en mente. Trata de ser bueno con él, Chanyeol, ya no es un adolescente enamoradizo, así que trata de que se sienta cómodo.

—¿Por qué no lo estaría?

—Porque fuiste la primera persona en la que se interesó, al saber que se trataba de ti no pude evitar fijarme en como le brillaron los ojos, no la cagues o Minseok me dejará sin sexo por un mes completo y no puedo tener un hijo sin sexo.

—Eres un... vale. Disfruta tu sexo pensando en mí entonces.

Sook salió desde la cocina con una caja de jugo de manzana, Chanyeol le dio una mirada con algo de extrañeza. ¿Cómo es que Sook siempre sacaba cosas del refrigerador sin que nadie lo notara? Apenas medía un metro y el estante de los jugos no quedaba tan cerca del piso.

—Hola, tío Dae —Sook le lanzó un beso con una sonrisa en los labios, él jamás se había comportado de esa manera con el mejor amigo de su padre, estaba siendo extraño.

Jongdae abrió los ojos y apretó la mano de Chanyeol al ver el intento de sonrisa tierna por parte del pequeño, tenía esos pequeños gestos de Kyungsoo que hacían que Jongdae quisiera ser tragado por la tierra.

—Es hora de que me vaya, me he olvidado que Minseok quería decirme algo muy importante —se levantó y comenzó a coger todas sus cosas, para cuando llegó al perchero y tomó entre sus manos su chaqueta escuchó una voz a lo lejos.

—Cuídate, tío Dae, espero que despiertes sin ningún problema.

El pelinegro no sabía si tomárselo como deseos de buena suerte o una advertencia para que ni siquiera se le ocurriera pestañear en toda la noche, optó por elegir la primera esperando no tener pesadillas en las que apareciera Sook como extra o protagonista estelar.

Chanyeol y Jongdae habían quedado en que Baekhyun llegaría por la tarde a la casa del mayor para que este le explicara todo y conociera un poco a Sook, de quien se iba a encargar todo el tiempo que pudiese —o aguantara—. Usualmente los domingos eran tranquilos en casa, Sook veía las caricaturas un rato, comía y dormía mucho o viceversa.

El timbre sonó y por instinto, pensando que se trataba de su papi Kyungsoo, corrió hasta la puerta consiguiendo desbloquearla. Sook siempre lograba salirse con la suya, podría decirse que su segundo nombre era astucia.

—Hola, soy Baekh... —Baekhyun miró hacia el frente encontrándose con tan solo una pared— ¿hay alguien?

—¿Quién eres tú?

—Oh... —Baekhyun se encogió hasta estar a la altura del pequeño quien le observaba con los brazos cruzados—. Hola soy Baekhyun, tú debes ser Sook, Jongdae me ha contado maravillas de ti.

Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora