XI

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Baekhyun terminó durmiendo luego de llorar por horas. El hecho de que Yixing lo hubiera engañado no le dolía tanto como que su hermano, con quien había pasado la mitad de su infancia y quien le había enseñado tantas cosas buenas y fantásticas, había preferido dejarse cegar por el placer y olvidar lo que realmente significaba la familia, tirando todo ese amor por la borda.

Chanyeol sólo se dedicó a observarlo durante la noche y lo que había transcurrido de la mañana, si tenía cuidado podía ver el rastro de las lágrimas sobre el rostro de Baekhyun y sus labios rojos de tanto que los había mordido para contener las lágrimas.

Suspiró y quitó los cabellos que cubrían las mejillas de Baekhyun, no podía evitar sentirse triste por él, así como tampoco podía evitar querer ayudarlo en todo lo que le fuese posible.

—Todo va a estar bien, Baek.

—¿Sí? —preguntó adormilado, frotando su nariz contra el pecho de Chanyeol.

—Lo prometo.

Besó la frente de Baekhyun y lo estrechó contra sus brazos, el menor sollozó en silencio y mordió levemente el hombro de Chanyeol para así contener las lágrimas.

El mayor rió bajito, por lo adorable que lucía el rubio entre sus brazos, lo apretó más contra sí hasta que este se quejó.

—Aish, eres terrible.

—Buah, no me voy a ahogar porque tú quieres abrazarme —los ojos de ambos chocaron, Baekhyun aún soltaba unas cuantas lágrimas. Chanyeol se debatió seriamente en besarle o no, el rubio realmente se veía adorable y no podía negarlo.

Se acercó un poco y se detuvo, no había manera que besara a Baekhyun después de lo que le estaba pasando, le dio una sonrisa de lado y revolvió los rubios cabellos del menor, besando cada una de sus mejillas.

—¿Es verdad eso de que te gusto?

Sintió como si el tiempo se detuviese y pestañeó lentamente esperando que al volver a abrir los ojos Baekhyun dejara de mirarle de aquella manera, que la pregunta hubiese sido una ilusión y que siguieran con sus vidas.

Aclaró su garganta, separó los labios y suspiró. ¿Qué haría si Baekhyun se enteraba y decidía irse? Sook terminaría devastado y, de alguna manera, él igual.

Le hacía feliz verlo junto a su hijo. Incluso había imaginado un futuro no muy lejano con Baekhyun en él, siendo algo más que el niñero de su hijo o un conocido del pasado ¿era posible volver a enamorarse de alguien así de rápido?

—Baekhyun, yo...

¿Decirlo o no?

Peder esa amistad que estaban construyendo, por confesar de una vez que Baekhyun realmente le gustaba. O negarlo hasta el final y convencerse de lo que se decía, para así no arruinar nada y seguir con su vida aburrida de siempre, porque su vida sí que era aburridísima.

—No sé si estás nervioso y por eso no quieres hablar o no quieres romper mis antiguas ilusiones adolescentes de tener una vida contigo.

Chanyeol volvió a pestañear, aún tenía las manos sobre las mejillas del rubio luego de besarlas. Siguió sin decir nada, no sabía que responder de todas maneras, no habían palabras correctas para decir lo que realmente quería y no salir con el corazón roto tras un rechazo.

—¿Es normal que esté nervioso porque no hables? Sólo dilo, Chanyeol. Y quítame las manos de las mejillas, están congeladísimas, ¿eres del polo norte?

Era todo o nada, suspiró y se dedicó a observar los desesperados ojos de Baekhyun, quien quería morderse las uñas de la intriga.

¿Por qué no podía responder con un sí o un no?

Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora