XVI

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—Dime por favor que Sook aún no está durmiendo.

—Estaba jugando hace poco, esperándote para irse a la cama —siguió firmando papeles sin siquiera darle una mirada, Baekhyun le dio las gracias y subió escaleras arriba hasta la habitación de Sook.

—Señor Orejas, es obvio que mami ama mucho a Sook, ¿qué dices? Él es taaaan lindo, ¿todavía no lo conoces? Sook está orgulloso de tener una mami como él —Sook guardó silencio por un momento—. Oh sí, los vi el otro día dándose un besito, tía Yoora dice que esas cosas son por amor, así que ellos se aman mucho, mucho. No le digan a nadie, pero para su cumpleaños Sookie quiere pedir que mami nunca se vaya.

Baekhyun golpeó la puerta del niño atrayendo su brillante mirada, el pequeño le regaló una cálida sonrisa y corrió hasta él gritando un mami que debe haberse escuchado por toda la casa y se colgó de su cuello siendo abrazado por los cálidos brazos de Baekhyun.

—Mami, ¿por qué tu cabello no es amarillo como el de patito? —Sook tantea con sus pequeñas y suaves manos los cabellos de Baekhyun acostumbrándose a tal color.

—Mami necesitaba un cambio, ¿cómo luce mami? ¿Está guapo como un príncipe?

—Como un rey, eres hermoso mami —el pequeño sonrió mostrando sus hileras con pequeños dientes y soltando un suspiro, su mami había salido de un cuento de hadas.

—¿Crees que a papá le gustará este color?

—A papá Yeol le encantará —Sook aplaudió y dejó dos besos en las mejillas de Baekhyun no sin antes asegurarse que su padre no estuviera allí para que no se pusiera celoso—. ¿Le cantas una canción a Sook antes de dormise, mami?

—Por supuesto que sí.

Después de que el pequeño cayera dormido, Baekhyun dejó su saco tirado sobre la cama que compartía con Chanyeol y dobló las mangas de su camisa hasta sus codos mientras bajaba las escaleras.

Chanyeol seguía en su labor de revisar y firmar, así debería hacerlo también con los siguientes diez portafolios que formaban una torre en el lado izquierdo de su escritorio. Si no fuera tan proactivo estaría viendo algún drama en la televisión mientras engordaba con unos bollos que Jongdae le había regalado.

—¿Mucho trabajo, Channie?

—Más del que debería, me han enviado unas cosas de la otra empresa. Taeyeon está haciendo todo lo posible para que vuelva, la odio tanto.

—Seguro es envidia, no a cualquiera le ofrecen un trabajo en la empresa con mayores ganancias de Corea del Sur —al no estar concentrado al cien por ciento de Baekhyun, Chanyeol no nota la cálida sonrisa en los labios de este y mucho menos el nuevo tinte que llevaba en el cabello—. ¿Cenaste?

—Le di algo de comida a Sook y volví a esto, quiero terminar antes de la media noche para descansar al menos cinco horas.

—Haré algo de comida y te ayudaré con eso, Channie.

—No deberías, Baek, este no es... —inspeccionó con sus ojos el rostro del menor y guardó silencio por unos minutos. Lucía tanto a como lo hacía poco más de una década atrás, Chanyeol agitó la cabeza revolviendo sus pensamientos y luego de tragar hondo continuó—. Luces... guau, Baek, es como si los años no hubieran pasado, estás hermoso.

Las mejillas del ahora pelinegro se encendieron como luces de navidad, sonrió en agradecimiento y, luego de besar su mejilla, salió corriendo hacia la cocina.

Terminó dejando dos sencillos tazones con arroz y diferentes guarniciones a los costados, la mesa de centro del salón estaba lista para la cena.

Chanyeol dejó su trabajo para más rato y se sentó frente al menor con una sonrisa mientras se frotaba las manos cual mosca.

Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora