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—Vamos a que conozcas mi habitación, Sehun hyung —Sook tiró de la mano del rubio regalándole una sonrisa—. La tía Yoora le dijo a Sookie que durante la primera cita nadie lleva a nadie a su cuarto, pero hoy lo haremos a mí manera, ¿sí?

Sehun solo pidió la aprobación de Baekhyun, quien no dudó en asentir quedándose a cargo del hermanito de su mejor amigo. Le daría algo de comida y verían la televisión. Suponía que Sook hablaría con Sehun acerca del hermano menor de este, aunque su pequeño podría hacer muchas cosas con el mayor, desde un rito de sacrificio hasta hacerlo vestir como pingüino.

—Esta es mi camita, es grande, así que cuando tengamos pijamadas dormirás conmigo. Pero en el suelo, Sejun es de mi tamaño y estaremos más cómodos así —Sook hizo que Sehun se sentara sobre su cama y fue a buscar una cosa a su estante de juguetes.

El alto de detuvo a observar minuciosamente cada detalle de la habitación del pequeño, desde sus miles de peluches de pingüinos, hasta su colección de dinosaurios, estaba todo muy ordenado y pulcro, no parecía la habitación de un niñito, ni siquiera él tenía una habitación tan limpia como esa.

—Dame tu mano —obedeció extendiendo su mano, Sook logró colocarle un anillo de plástico y volvió a sonreírle, para luego sentarse junto al hombre y tomarlo de la mano—, espero que seas un buen novio, Sehun hyung.

Sehun soltó una risita y asintió revolviendo el cabello del pequeño—. ¿No crees que yo debería pedirte ser novios, Sookie? —Sook lo pensó unos segundos, se mordió el labio y negó llegando a la conclusión del siglo. Su tía Yoora le había enseñado muy bien y debía hacerle justicia.

—Los más jóvenes también podemos tomar la iniciativa, Sehun hyung.

El mayor soltó una carcajada, haciendo que Sook hiciera lo mismo, sin entender mucho de nada. ¿Cómo es que un niño que lucía tan inocente tenía idea de lo que significaba un anillo en una relación? El pequeño era una caja de misterios.

Cuando dejaron de reír por las ocurrencias de Sook, este solo atinó a abrazar al mayor, cuanto le permitieron sus bracitos.

—Entonces, está claro, somos novios —declaró Sehun.

Sook se sintió un hombrecito realizado, siguió abrazando a su primer y nuevo novio por un rato más hasta que Baekhyun lo llamó para merendar, por lo que ambos bajaron las escaleras de la mano y sonriendo.

—Sejun, ¿puedes pasarme una de esas galletas? —Sook señaló las galletas de fresas y con formas de dinosaurio, el menor de los Oh le entregó lo que había pedido, por lo que Sook sonrió y comió feliz su galleta y las siguientes cinco que vinieron.

—Sookie, ¿quieres ir a jugar conmigo mañana? Mamá me compró unas tazas nuevas de escandalosos y eres el único de mis amigos que les gustan las fiestas de té

—Cuenta conmigo, Sejunnie, llevaré unos pastelitos para que los comamos.

Sejun le sonrió adorablemente, aunque fuera un niño despistado y la mayoría de las veces se quedaba dormido, había encontrado en Sook un amigo.

—¡Llegué! —gritó Chanyeol, quitándose los zapatos y dejando su chaqueta colgada en la entrada. Su mini-mí salió corriendo hacia él eufórico, con los ojos brillantes y una sonrisa monumental en los labios. Apenas le llegaba a los muslos, su bebé era una pequeña versión suya adorable y juguetona a la que amaba con toda su vida.

—¡Papá Yeol! Ven a conocer a mis amigos —el pequeño Sook tiró de las manos de su padre, llevándolo hasta la sala de estar donde los dos chicos Oh estaban sentados y hablando con Baekhyun.

Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora