XXXII

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—...y Sookie fue con Sehun hyung a comer helados y Sejunnie también estaba ahí, nos divertimos mucho —terminó de contar la historia respirando hondo, Chanyeol asintió apretando las mejillas de su hijo, lo tenía sobre las piernas con la televisión sonando de fondo—. Sejunnie invitó a Sookie a una pijamada mañana, dijo que íbamos a tener una fiesta de té, ¿me dejas ir, papá?

—¿Le preguntaste a Baek, bebé? Sabes que le encanta cantar para que duermas.

—Mami dijo que sí —miró a su padre directo a los ojos con una sonrisa, Chanyeol le tocó la nariz y suspiró asintiendo. Estaba mintiendo, pero sabía mentir tan bien que no se preocupaba—. Gracias, papá Yeol.

Chanyeol aceptó sonriente el beso que su hijo dejó en su mejilla y lo abrazó por un rato más, besándose la frente y separándose de él, dejándolo para que disfrutara de las caricaturas tranquilamente.

Aprovechó de entrar a su habitación como si fuese un ladrón, miró hacia ambos lados del pasillo y cerro la puerta tras de su espalda, gateando sobre su cama hasta quedar a centímetros de los labios de su novio, quien llevaba sus gafas de lectura y parecía entretenido leyendo informes de la oficina. Chanyeol le devoró los labios sin pedir permiso antes, dejó los folios sobre la mesa de noche y siguió con su tarea sin problema alguno.

—Mañana nos tomaremos el día libre —proclamó Baekhyun bajo el cuerpo de su novio, una de sus manos descansaba en el hombro de Chanyeol, mientras que con la otra le acariciaba la mejilla mirándolo con una sonrisa viendo como los párpados de él se cerraban ante su tacto.

—Amor, mañana tengo demasiado papeleo que firmar.

—Yah~ Park Chanyeol, tu jefe acaba de decirte que tienes el día libre, debes aceptar sin peros. Kyung dijo que pasaría el día con Sook y escuché como te engañaba allá abajo. Solo seremos tú y yo en casa, ¿qué dices?

Chanyeol escondió su rostro en el cuello de su novio dejando un beso sobre su blanca piel. El menor sonrió con complacencia ante los besos de su novio, sintiendo como las grandes manos se escabullían bajo la camiseta de algodón que llevaba puesta.

Los gemidos agudos que querían salir de sus labios estaban siendo contenidos por los besos de Chanyeol. Con cada toque sentía más y más calor, las manos del mayor estaban haciendo maravillas sobre su cuerpo, pero no pudo contener un risa cuando los dedos llegaron hasta su cintura.

—Eres hermoso —susurró contra sus labios, volviendo a recorrer la blanquecina piel con sus dedos, dejando besos por su rostro lentamente sin despegar la mirada de la suya cuando lo besaba.

Baekhyun escondió su rostro bajo de sus manos, ser novio de Chanyeol no era un paquete con descuento en sonrojos y veía imposible sacarse el tinte rojo de las mejillas si seguían en esa posición. Pero a Chanyeol los sonrojos le resultaban una característica hermosa por parte del menor, por lo que hizo lo imposible y terminó con sus narices tocándose.

—No deberías avergonzarte de lo hermoso que eres, no todos tenemos esa suerte —sus labios se rozaban al soltar cada palabra y al menor le brillaron los ojos como si fuesen diamantes—. Te amo.

—También te amo.

Se acurrucaron abrazados durante algunos minutos más. Por otra parte, Sook seguía viendo la televisión, mientras veía un especial de Escalera al cielo, devorando gustoso las galletas que había conseguido de la parte superior del frigorífico.

Los besos no se dejaron esperar, Baekhyun empujó al otro con cuidado tapándole la boca con una mano—. ¿Hasta dónde quieres llegar? Tenemos a un niño aquí.

—La puerta está cerrada —confesó entrelazando sus dedos con los de Baekhyun, mirándolo a los ojos.

Al parecer ese había sido un argumento lo suficientemente válido para Baekhyun, porque ambos terminaron completamente desnudos entremedio de besos y caricias. Chanyeol terminó siendo derribado por el menor, quedando con el pequeño cuerpo de este sobre el suyo, observando al hombre que estaba sentado sobre sus caderas.

Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora