XXV

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—Jieun, ¿tienes el número de mi hermanastro? —la castaña dejó de ver el papeleo que llevaba entre las manos y asintió hacia Baekhyun, dejando el montón de folios sobre el escritorio de este y sacando su móvil de la empresa.

—Ahí lo tiene, señor Byun —extendió el móvil y volvió a tomar el papeleo entre sus manos—. Le llevaré esto al señor Park y volveré por él.

—¿Necesitas ayuda?

—No me pagan por nada, señor Byun —después de compartir una sonrisa, Jieun se marchó dejando a Baekhyun solo.

Buscó entre los contactos el nombre de su hermano mayor y Marco su número, el pitido no demoró en llegar hasta su oído. La llamada estaba en marcha y pensó que estaba haciendo una estupidez muy grande, pero ¿qué importaba? Él era Byun Baekhyun, un hombre con principios y que sabía aceptar la realidad, no era egocéntrico, ni maniático y tampoco rencoroso.

—Jieun, ¿qué haces llamándome a esta hora?

—No soy Jieun, Kim Junmyeon, hablas con Byun Baekhyun, por si te olvidaste de cómo se llaman los integrantes de tu familia. Haré esto lo más rápido posible, ya que no quiero quitarte el tiempo.

—Baekhyun, yo...

—No necesito que hables ahora, sí. Sólo escúchame —Junmyeon asintió del otro lado de la línea aun cuando el menor no podía verlo—. El caso es que no tengo idea de como manejar una empresa y menos como tratar con gente que no es de mi agrado. En tu contrato se especifica que tú estás acargo de cualquier reunión con otros grupos corporativos, así que tendrás que hacer tus maletas y venir a tratar con gente a la que no estoy dispuesto a ver. ¿Te quedó claro?

—Sí.

—Perfecto y adiós, ten un buen día. Te quiero mañana a primera hora en el edificio, procura no llegar tarde, ya no tienes que esconderte de los demás.

Antes de que el mayor pudiera responder Baekhyun colgó y dejó el móvil sobre su escritorio para cuando Jieun volviera.

—Un largo día —se susurró para sí mismo abriendo la puerta de vidrio de la sala de reuniones.

Chanyeol estaba más que aburrido, no tenía absolutamente nada que hacer, quizá no debió terminar con su trabajo tan rápido, empujó la pila de papeles que llevó Jieun hora y media antes y los miró con desgano. Eso hasta que Baekhyun entró a su oficina, porque Chanyeol no demoró demasiado en devolverle una sonrisa a su novio quien lucía extremadamente hermoso con aquel traje puesto.

—He estado pensando toda la mañana en ir a comer fuera. Tuve una reunión aburridísima y necesito aire fresco, ¿me acompañarías? —el menor batió sus pestañas y volvió a sonreír hacia su novio.

—¿Dónde debería firmar?

Ambos salieron del edificio tomados de la mano. Baekhyun tiró de Chanyeol llevándolo a un resturante de comida casera unas cuadras más allá de las oficinas de Byun&Byul. Seguramente aquel restaurante era el último que una persona con tanto dinero como Baekhyun frecuentaria, pero lo cierto es que Baekhyun prefería mil veces eso que comer unos sosos fideos italianos de más de cien mil won.

—Pide lo que quieras, hoy invita el jefe —Baekhyun le obsequió su más brillante sonrisa a Chanyeol. El pelinegro observó el menú con detenimiento esperando a que Chanyeol se decidiera por un plato.

—Comeré yeyuk hoy, ¿tú?

—Que sean dos —respondió Baekhyun y volteó la cabeza—. ¡Señora Cho, dos yeyuk para la mesa tres!

—¡En seguida estará su orden, joven Byun! —gritó la mujer del otro lado, en la cocina, Chanyeol solo pudo ver una espátula haciendo ondas a través de un ventanal.

—¡Gracias! —gritó y volvió la vista donde su novio—. Entonces, ¿cómo va tu día?

El almuerzo fue espléndido, la pareja volvió a sus vidas laborales cuando terminaron de comer el postre cortesía del lugar. La tarde se pasó volando y Baekhyun ya se encontraba en casa.

—Tú sí que tienes el don para perdonar a los demás, Baek. En lo personal las personas que dañan mi integridad mueren, aplico la ley del hielo, tampoco creas que soy tan malvado como para matar a alguien.

Kyungsoo estaba recostado sobre el sofá, había dejado a Sook jugar en el jardín después de cocinar algo para ambos. Se había vuelto uno de esos hombres que se cansaba al instante por estar embarazado y ni siquiera llevaba tres meses de gestación, ese bebé sí que era un holgazan de primera.

—Bueno, quizá se debe a que aún no estoy preparado para llevar una empresa y Junmyeon es realmente bueno en eso. Puede ser una mierda de persona, pero al menos sabe lo que hace.

—Con práctica todo se logra, ya verás que serás el mejor de todos —Kyungsoo le regaló una sonrisa y acarició su vientre—. Aish, es una suerte que hayan inventado una forma de que no queden cicatrices por la cesárea, bendita sea la ciencia. Imagina tener una, ¡no podría usar traje de baño!

—Después tienes que darme el nombre de tu médico, lo necesitaré por cualquier cosa.

—¿Estás pensando tener un bebé, Baek? —el mayor le sonrió levantando las cejas una y otra vez, con algo de picardía.

—Bueno, digo... —Baekhyun se rascó la nuca y sonrió risueño—, sería lindo tener un bebé.

—Me imagino una fotografía familiar entre todos, lo apruebo. Sólo no intentes quedar embarazado deja que las cosas fluyan, ¿sí?

El menor solamente asintió y fijó su vista en el pequeño cuerpo de Sook. Ya llegaría el día en que el pudiera darle un hermanito o hermanita con quien jugar, además del nuevo bebé que llegaría por parte de los Kim.

Baekhyun estaría realmente tocando las nubes cuando tuviera un bebé, lástima que por cosas de la vida no había podido tenerlo antes, pero se aseguraría de que pronto sucediera.

✧・゚: *✧・゚:*

Pensé que iba a tener la historia lista antes de que terminara enero, pero no pasó así JAJAJAJAJA. Todavía faltan unos 20 capítulos y los extras.

¿Cómo van las lectoras del futuro? Sé que esta parte es medio floja, pero se vienen mejores♡

Los amo (esto lo escribí en febrero de 2017-2018 y lo reafirmo)

Bai bai.

Bai bai

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Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora