XXXVI

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El intento de hacer todo a la velocidad de la luz había sido una fallo después de que Chanyeol cayera de bruces contra el suelo porque sus pies se enredaron entre las sábanas. La suerte no estaba de su lado ese día.

Su cuerpo desnudo corrió por la habitación, la noche anterior él y Baekhyun habían estado divirtiéndose después de dejar a Sook al cuidado de Kim Jongdae. Chanyeol se asustó al escuchar los gritos de su novio quien se lavaba los dientes con rapidez fuera del baño.

—Si llegamos tarde juro que te mato.

Chanyeol buscó algo que ponerse, porque evidentemente estaba desnudo, escogiendo algo cómodo para sí mismo y Baekhyun quien seguía quitándose esa cosa de sus hermosos ojos.

—¿Sabes si hyung y Jongdae saben de esto?

—Seguramente ya les dijeron, dejé tus cosas encima de la cama, voy a encender el automóvil, te espero abajo.

Dejó un beso sobre los labios de Baekhyun en su camino al automóvil.

El de cabellos rosados terminó de vestirse con rapidez y en un dos por tres ambos ya estaban dentro del vehículo emprendiendo su camino directo al hospital.

—¡Estoy emocionado! —chilló cuando vio lo cerca que estaban del hospital y tan pronto como Chanyeol aparcó el coche salió disparado a las salas de parto en busca de Kyungsoo y Jongin. El mayor no se dio cuenta y después de pestañar su pequeño novio ya había pasado la entrada del lugar.

Jongin llevaba encima una bata azul que cubría la mayor parte de su cuerpo, junto a un gorro de plástico que lo hacía lucir cómico. Baekhyun estaba junto a él, sacando su lado más infantil a la luz dando brincos de la emoción conteniendo sus ganas de llorar.

Amaba a los bebés.

Chanyeol le regaló una sonrisa de apoyo mientras se desplomaba sobre las sillas de la sala, estaba cansado después de correr tras el pequeño y veloz cuerpo de Baekhyun.

—¿Kim Jongin? —el moreno volteó la cabeza dándole una sonrisa un tanto miedoso a la mujer que llevaría el parto de su esposo—. ¿Listo para la segunda vez?

Jongin asintió despidiéndose de sus amigos con una sonrisa antes de colocarse una mascarilla y entrar al quirófano.

—Siento que me voy a desmayar —murmuró Chanyeol tomándose el pulso—, ni siquiera es mi hijo y tengo la presión baja... ¡Me voy a morir!

—Calla ya, Yeol, este es uno de los momentis más importantes de mi vida.

Chanyeol terminó con un puchero en los labios, mientras recordaba sus desgracias para no pensar demasiado en lo que estaba ocurriendo detrás de esas puertas de cristal opaco. Se acomodó en su lugar recordando la única vez que había estado tras esas puertas, cuando su pequeño Sook llegó al mundo y el tuvo que ser llevado a otro lugar luego de desplomarse porque había visto como el bisturí atravesaba la piel de Kyungsoo cosa que le provocó náuseas y aquel desmayo.

Contrario a él, Baekhyun estaba completamente feliz y maravillado, no podía ver más que sombras proyectadas desde dentro de la habitación, pero aún así su corazón latía ansioso por ver al pequeño bebé. Quería que luciera como Kyungsoo, de seguro él había sido adorable de bebé y por supuesto un hijo con su aspecto sería igual de adorable.

—Baek, quiero un besito.

Había pasado ya media hora desde que todo había comenzado, Byun tenía la mejilla pegada a la puerta, dispuesto a oír todo lo que decían allí dentro. Lo que no sabía es que esa puerta conducía a un largo pasillo de salas.

—No oigo una mierda, maldita sea, me perderé el nacimiento de ese bebé —soltó un gruñido y terminó sentado sobre las piernas de su novio—. Soo debe estar increíblemente sedado, ¿estarán bien allí dentro?

Problema en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora