—Solo tú aceptas algo tan tonto como aquello.
—Buah, siempre terminas menospreciando mis decisiones —Baekhyun sacó la lengua y se acercó a Junmyeon para ayudarle con su corbata.
—Tengo derecho, soy tu hermano mayor. Eso debe darme al menos una garantía.
—Una garantía —el rubio soltó una carcajada y golpeó el pecho de su hermano mayor—. La única garantía entre ambos es que si llegas tarde al trabajo otra vez no tendrás cena.
—Soy el jefe, puedo llegar cuando lo desee.
—Cuando tenga veintiséis ya lo verás, si no llegas a tiempo mientras yo esté a cargo de la empresa olvídate de que te quiero.
—Vale, vale. Te veo por la tarde, envíame la dirección de tu nuevo trabajo, pasaré a buscarte para cenar.
Junmyeon cogió su saco del sofá y le dio una última mirada a su hermano menor antes de salir del departamento que ambos compartían.
Baekhyun corrió al cuarto de baño y se quitó el pijama lo más rápido posible, debía estar listo en quince minutos, coger el bus que pasaría en media hora y llegar a casa de Chanyeol antes de las nueve.
Cepilló su cabello, tiró la toalla al cuarto de baño y se vistió rápidamente, cuando ya estuvo listo cogió las llaves del apartamento y su abrigo, de seguro habría llovizna por la tarde.
Frente a la puerta de Chanyeol arregló un poco su cabello viendo su reflejo en el móvil y ya satisfecho sopló sus manos esperando calentarlas y presionó el botón del timbre.
—Has llegado justo a tiempo, Sook está en el sofá viendo sus caricaturas, ¿podrías darle algo de desayunar?
—No hay problema.
El alto le regaló una de sus sonrisas mientras despeinaba el cabello de Baekhyun, arruinando el peinado que con tanto esmero había arreglado para él.
—Gracias por todo, te debo una.
Baekhyun iba de aquí a allá por la cocina sin quitarle los ojos de encima a Sook quien seguía ensimismado sobre el sofá.
Aún no entendía porque Minseok le imploraba que no escuchara las palabras de Jongdae, que no aceptara cuidar de Sook porque era el diablo personificado. Por lo que él había notado, el niño era un completo ángel en esencia, sus sonrisas eran encantadoras y podía caer rendido ante sus risitas inocentes.
—¿Sook, te gustan las fresas?
El pequeño bostezó y tras pestañar con lentitud asintió cerrando los ojos un poco, sólo un poco.
Baekhyun decidió darle un batido, era lo mejor que podía hacer. No sabía si Sook era alérgico a alguna comida y Chanyeol estaba tan apurado que no pudo pedirle una lista de sugerencias. Colocó todo en la juguera, las fresas ya limpias y sin hojas, dos tazas de leche y un poco de azúcar para endulzar, cerró la tapa y presionó el botón, Sook no se despertó por el ruido, había terminado con la cabeza sobre el sofá mientras soltaba unos cortos y casi inaudibles suspiros.
Baekhyun vertió los batidos en una taza para él y en un vasito entrenador para Sook. Caminó hasta el salón, dejando ambos recipientes sobre la mesa de centro y tomó al pequeño con demasiado cuidado entre sus brazos, sentándose en el sofá y dejándolo sobre sus piernas.
Sook a duras penas abrió los ojos frotándolos, mientras dejaba salir de entre sus labios un largo bostezo. Baekhyun acarició su cabello esperando a que sus ojitos se abrieran con normalidad, Sook sonrió de repente y se levantó un poco para acariciarle el rostro, estaba tan adormilado que apenas podía mantener la cabeza en alto por más de dos segundos.
El joven le sonrió y tras abrazarlo durante medio minuto, tomó el vasito entrenador de Sook y se lo entregó. En tanto el pequeño bebía el contenido con tranquilidad, Baekhyun acariciaba sus mejillas, bebió de un sorbo su batido y volvió a darle unos cuantos mimos a Sook.
—¿Estaba bueno?
—Está muy rico —lamió sus labios sonriente y volvió a dar un último sorbo antes de soltar un suspiro lleno de regocijo.
—Muy bien —Baekhyun le quitó el vaso con suavidad y lo dejó nuevamente sobre la mesa de centro, se acomodó en el sofá y con Sook ahora recostado sobre su pecho se dispuso a mirar las caricaturas, sintiendo como poco a poco las respiraciones del infante comenzaban a ser más profundas mientras acariciaba la espalda de este con cuidado y cariño.
Lo observó con calma, era prácticamente un Chanyeol en miniatura, las orejas grandes, el cabello oscuro, ojos saltones, eran iguales, incluso sonreían de la misma manera. Acarició las mejilas del pequeño sin dejar de fotar su espalda, si pudiera sacar el móvil de su bolsillo no dudaría en tomarse una foto con tal espécimen, pero no sabía si le estaba permitido.
Los ojos del pequeño comenzaron a moverse por inercia, a veces fruncía el ceño o hacía uno que otro puchero mientras suspiraba. Sook se movió rápidamente y, antes de despertar por completo, comenzó a lloriquear tan fuerte como pudo.
Baekhyun lo observó aterrado, acarició la espalda del niño dándole leves palmaditas, asegurándole a este que todo iba a ir bien incluso si el pequeño no tenía idea alguna de lo que el mayor se refería.
—Ya estás despierto, cariño, estoy aquí para protegerte —removió las lágrimas que se desplazaban por las mejillas del pequeño quien aún no entraba en razón y gimoteaba en silencio.
Sook se escondió en el pecho de Baekhyun aún sin dejar de llorar, el rubio siguió con sus caricias hasta que el de orejas grandes se calmó y reveló su rostro, con un puchero en sus labios.
—¿Mejor?
Sook asintió secando sus mejillas con los puños de su suéter, se detuvo un momento y besó la mejilla de Baekhyun agradeciéndole, para luego sumergirse en el pecho del mayor y así seguir durmiendo, pero esta vez con la intención de soñar con ositos y arcoíris en vez de el feo rostro de su última niñera.
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Había una nota, pero la borré, disfruten a Junmyeon como el señor sol.
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Problema en pañales
Fanfiction¿Quién le había mandado a tener un hijo con Do Kyungsoo tras una confusión en la universidad? Park Chanyeol un hombre de casi treinta estaba desesperado por encontrar una niñera que cuidase de su pequeño hijo. Haría de todo, hasta ponerse de rodilla...