Segunda parte
Will
Estaba perdiendo los nervios, de eso estaba seguro. De alguna manera esta chica se había logrado meter bajo mi piel, y no lograba sacarla de ninguna puta manera.
Al principio no me lo quería admitir a mí mismo, estar enamorándome de una chica era lo ultimo que hubiera pensado que me pasaría. Pensaba que mi obsesión solo se debía a que quería acostarme con ella, eso y también las mil y una veces que el jodido Neil me había advertido que me mantuviera alejado no me habían aliviado las ganas.
No se cuando fue que me di cuenta que no era solo física la atracción que sentía. No se si fue cuando la vi por primera vez, borracha en aquel ascensor, o si fueron las infinitas veces que me rechazó lo que hicieron despertar mi interés. No, estaba casi seguro de que había sido cuando la había visto corriendo toda asustada en los oscuros callejones y noté una presión en el pecho de temor mientras que estaba inconsciente en el asiento de mi auto. Me había quedado a dormir esa noche en la sala de espera del hospital, tenía que asegurarme de que estaba bien. Sus palabras se habían quedado flotando en mi mente. "Will, no les digas mi nombre". Había tanto misterio en esa chica que me estaba matando. Por supuesto que se los dije, nunca le hacía caso a nadie y no lo iba a empezar a hacer ahora.
En fin, no estaba seguro de como ni cuándo ni dónde había pasado, pero de alguna forma ella era en lo único que pensaba últimamente.
Me levanté de la cama y me puse mis panatoles negros. Ya no iba a tantas fiestas como antes ni me liaba con tías desconocidas, a decir verdad me pasaba los días con los chicos jugando a partidas de billar. Pero hoy haría una excepción.
Porque la vería a Kat.
•••
—¿Que tanto hacen ahí dentro? —me dijo Tristan.
Encendí mi cigarro y entre calada y calada le respondí.
—Ni puta idea
Justo cuando terminé de decir eso las puertas de la universidad se abrieron de par en par y Lexie y Brooke salieron de ellas. Se acercaron a nosotros y nos saludaron, y como si Lexie pudiera leer mi mente me dijo por lo bajo que Kat estaba de camino.
Le di otra calada a mi cigarro y me pregunté qué demonios hacia Neil con Kat ahí dentro tanto tiempo.
Estaba por entrar a la universidad cuando la puerta se volvió a abrir y Neil salió de esta. Cuando me vio, me palmeó la espalda y siguió de largo hasta encontrarse con los chicos. Ahí estaba Kat, parada en el umbral de la puerta y me quedé mirándola como un estúpido.
Estaba increíblemente buena, de eso estaba seguro. Llevaba puesto una remera o blusa negra, no estaba seguro cual de las dos, que dejaba sus finos y delgados hombros al aire. Debajo de eso un short minúsculo del mismo color se le adhería a todo el trasero a la perfección. Su pelo estaba suelto y le caía por la espalda desprolijamente. Lo peor de todo era que no era consciente de lo matadora que era. Y también de lo largas que eran sus piernas con esos tacos.
Alzó la mirada y me atrapó mirándola. Me sonrió y se acercó para saludarme, hasta su manera de caminar hacia mi era seductora.
— Hola William.
Sonreí ante como me llamaba, pocas veces la había escuchado decirme por mi diminutivo. Solo me decía Will cuando estaba cansada de mi o excitada.
Eso me hizo pensar en lo que había pasado ayer a la noche en el baño y tuve que inmediatamente cambiar de pensamiento.
— Para de mirarme— me dijo mientras que se reía nerviosa y se acomodaba el pelo detrás de la oreja. Era un tic que tenía, eso y morderse el labio inferior.
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Profundo
RomanceTan solo hace falta un momento, un minuto, un segundo. En ese instante tu vida puede cambiar. Todo lo que crees que conoces de pronto cambia y tu vida da un giro de 180 grados. En un intento de escapar de los demonios que me perseguían durante las...