Dos meses mas tarde.
Kat
Ya era hora que tocara el timbre y me moría de ganas por que terminara el día escolar. Por que en el minuto que ese molesto ruido sonara, mis vacaciones empezarían.
Me sentía distinta. Por alguna razón en especial estos últimos meses no había sufrido tener que haber ido a la universidad. No era que por arte de magia las clases habían sido mas divertidas, siempre serían aburridas y nada podría cambiar eso. Estaba segura que la razón era que yo había cambiado.
Apenas sonó el timbre salí casi que corriendo de la clase sin importarme ni un poco las miradas furibundas que me echaban algunos alumnos al pasar por encima de ellos.
Bajé las inmensas escaleras de la universidad procurando no caerme y romperme la cabeza contra el mármol y crucé todo el patio con el viento fresco y liviano propio de la primavera pegándome en la cara. Los plantas estaban comenzando a florecer y el aire a vacaciones podía hasta incluso olerse. Varias personas se encontraban cruzando el patio al igual que yo y la alegría de todos, incluso hasta mia, era palpable.
Al llegar al aparcamiento, vi que él ya me estaba esperando apoyado contra la puerta de su auto, radiante como siempre. Llevaba unos anteojos de sol que lo hacían ver mas sexy todavía y su campera de cuerpo negra no hacía mas que resaltar su lado peligroso que me volvía tan loca.
A Will se le dibujó una sonrisa en la cara al mirarme y parecía genuinamente feliz así como yo estaba por verlo a él. Al llegar hasta William rodeé su cuello con mis manos y él apoyó las manos sobre mis caderas.
—¿Lista?
—Lista—le respondí sonriendo.
Me hacía muchísima ilusión el viaje en auto que habíamos planeado para esta primavera. No podía imaginar una mejor manera de pasar mis vacaciones que rodeando la costa a solas con Will en coche.
Como ya habíamos empacado el día anterior, nos subimos al auto y en menos de media hora ya estábamos en plena ruta viajando hacia nuestro primer destino, con las ventanillas bajas y el viento refrescándonos la cara. Me volví para ver a la persona que tenía a lado y recordé lo mucho que lo había extrañado el mes que habíamos estado separados.
Luego de todo lo sucedido con Kade habíamos quedado en darnos un tiempo. Bueno, en realidad yo se lo había pedido. Quizás había sido el hecho de que había muerto y vuelto a la vida, pero me sentía distinta desde aquel entonces. Sentía que necesitaba reconectar con mi familia y con Brooke, tenía que darme cuenta de lo que tenía y de lo que quería y, sobretodo, lo que no había estado apreciando.
Will lo había entendido, me había dado mi tiempo y no me había presionado.
Un mes había sido suficiente para darme cuenta que no podía vivir sin él y que tenía que ser parte de mi vida así como también mi familia.
Al darme el viento en la cara y saber que estaba rumbo a una nueva aventura, no pude evitar pensar en lo que dejaba atrás. Esperaba que estas vacaciones sean una manera no de olvidar, si no que de superar lo que había pasado durante la época de clases.
Will me miró sobre el volante y me sonrió al mismo tiempo que apoyaba una de sus manos en mi pierna. Yo apoyé la mía sobre la suya y miré hacia la carretera, sin poder esperar a lo que nos estábamos embarcando juntos.
Ahora sabía que intentar de olvidar y de reprimir las cosas malas que a uno le pasaban no era la solución. De esa manera lo único que se lograba es patear los sentimientos y que luego todo surga amontonado y siendo demasiado para soportar.
La vida no es perfecta. Siempre tendremos dolor, malas cosas pasan. Quizás unas peores que otras, pero que vienen acompañadas de dolor al fin y al cabo. Distintos tipos de dolor, quizás solo una punzada en el estomago o una leve molestia, o un dolor tan difícil de soportar que te hace querer renunciar a todo, pero dolor sin mas.
El dolor hay que aguantarlo, aceptarlo, superarlo. Dejarlo atrás. Ahora me daba cuenta que para mi, la mejor manera de enfrentarse a el dolor es seguir viviendo.
Siempre me había sentido triste por la muerte de Ali y por supuesto que me seguía sintiendo de esa manera. Felicidad teniendo eso en cuenta, no es la meta. Sentirse horrible y saber que no vas a morir por esos sentimientos, esa es la meta.
Automáticamente me toqué la muñeca derecha como siempre solía hacer cuando me ponía a pensar sobre aquello, donde la reciente tinta en forma de tres olas reposaba sobre mi piel.
No tenía idea que iba a pasar ahora. No sabía si de aquí a un año seguiría estando con Will, en la universidad, o quien sabe donde. El resto de mi futuro estaba en blanco, no tenía nada planeado, en parte como siempre lo había estado. Pero ahora no lo veía como algo malo, no saber que iba a pasar a continuación solo significaba un mar lleno de posibilidades.
Posibilidades de amar, de vivir. De fallar, de volver a intentar.¿Tenía miedo? Si. Aun en este momento, estando en el auto con Will, tenía miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a que cualquier cosa fuera capas de suceder. Miedo a terminar de aceptar por completo esos sentimientos tan fuertes que tenía hacia William Blake. Pero a veces esta bueno tener miedo, significa que sigues teniendo algo que perder.
Porque además, inclusive el mayor fracaso, el peor de todos, le gana mil veces a nunca haberlo intentado.
...
Fin!!!
Bueno, me tomo mucho tiempo terminar de escribir la historia de Kat, y finalmente después de dos años la terminé. Espero que les haya gustado como a mi me gusto escribirla, y que puedan sacar quizás algo positivo de las cosas que fue aprendiendo Kat a lo largo de la novela. Muchísimas gracias a los que llegaron hasta aqui y que se tomaron el tiempo de leer!!
Les dejo este espacio para comentar que les pareció tanto toda la novela como el final, cualquier crítica es bienvenida.
Gracias por leer y les mando un beso <3
Ann

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Profundo
RomanceTan solo hace falta un momento, un minuto, un segundo. En ese instante tu vida puede cambiar. Todo lo que crees que conoces de pronto cambia y tu vida da un giro de 180 grados. En un intento de escapar de los demonios que me perseguían durante las...