Kat
Presioné el botón de rechazar en mi celular, evadiendo por quinta vez la llamada de mi madre.
Sabía que era un día difícil para todos, no solo para mi, pero no me encontraba con las fuerzas necesarias para hablar con ella. Ni me quería imaginar el estado en el que se encontraba mi familia, con tan solo imaginarme a Luke me daban ganas de largarme a llorar.
Lo peor de todo eran las emociones mezcladas de este día para ellos; no solo se había muerto una de sus hijas, si no que la otra cumplía años. Era tan incomodo verlos tratar de aparentar felicidad por mi cumpleaños cuando sabía que en el fondo lo único que querían era encerrarse cada uno en su habitación en tributo a Ali. Lo sabía porque era lo que yo quería hacer en vez de estar en la universidad tratando de evadir a todos mis amigos.
Así que en favor a todos y a sabiendas que en el fondo lo agradecían, iba a ignorar los llamados y evitarles las falsas felicitaciones que sabía que no sentían. Lo único que quería era pasar el resto de la tarde como si no fuera nada en especial, porque además sabía que si me parara a pensarlo, a pensarlo de verdad, no me podría levantar de la cama.
Lo único que había hecho el día de hoy soportable había sido William. Estuvo atento a mi, pero de una manera equilibrada. Dándome mi espacio, pero ayudándome en pequeñas cosas, como por ejemplo recogerme la comida antes de que llegara a la cafetería, y almorzando nosotros solos en el patio. Era como si supiera que lo último que quería ademas de ver a mis padres era verla a Brooke. No necesitaba decirlo en voz alta, él simplemente lo sabía, lo entendía, y lo quise mas todavía por eso.
—Se que no es lo que quieres oír,—me dijo Will entre bocados—pero deberías atenderla.
—No, no debería hacer nada.—le dije intentando de disimular el disgusto en mi voz. Me metí un pedazo de tomate en la boca tratando de concluir la conversación.
—Kat—me tomó el brazo—no se bien como es la relación con tu madre pero...
—Exacto, no lo sabes.—lo interrumpí antes de que pudiera seguir hablando.
Will negó con la cabeza y sus rizos siguieron el movimiento. Apoyó sus codos sobre sus piernas y me miró detenidamente.
—No me interrumpas—no pude evitar alzar una ceja ante su demanda.—No se como es tu relación con tu familia después de todo lo que les pasó, pero alguien una vez me dijo que todos merecen segundas oportunidades.
¿Esa había sido yo? Que consejo idiota.
—Mira, si hay alguien en este mundo que entiende relaciones familiares complicadas soy yo.—Me quitó el tenedor de la mano y me la sostuvo en la suya—Pero créeme cuando te digo que si cortas la relación con ellos por una pelea lo arrepentirás.
Por como lo dijo sabía que se refería a lo que había pasado con él y su madre.
—No es lo mismo—susurré.
Estaba a punto de responderme cuando el timbre de mi teléfono nos interrumpió. Como si hubiera estado escuchado la conversación, el nombre de mi madre apareció devuelta en la pantalla.
Will se acercó el vaso de agua a los labios y me miró alzando las cejas. Yo en cambio puse los ojos en blanco.
—Hola—dije al acercarme el teléfono al oído.
—Hola cariño—me recibió la voz de mi mi madre. Por el tono de su voz sabía que había estado llorando. —¡Feliz cumpleaños Kattie!
—Gracias mamá—le dije intentando de ignorar el nudo en la garganta que me provocaba hablar con ella.
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Profundo
RomanceTan solo hace falta un momento, un minuto, un segundo. En ese instante tu vida puede cambiar. Todo lo que crees que conoces de pronto cambia y tu vida da un giro de 180 grados. En un intento de escapar de los demonios que me perseguían durante las...