Kat
Una vez ya instalada de nuevo en mi habitación, me recosté en el sofá y prendí la televisión. Tomé un sorbo de mi coca-cola y estiré mis pies sobre la mesada. Ya eran casi las cuatro, lo que significaba que vería a las chicas pronto.
Había ensayado un discurso en mi mente, lleno de disculpas por no haberlas dejado visitarme, pero que en ese momento necesitaba estar sola. No es que no lo habían intentado, varias veces mamá tocó la puerta de mi cuarto avisándome que estaban abajo esperándome, y todas las veces yo me había rehusado en verlas. Por eso no estaba completamente segura de con que me encontraría cuando vuelvan de clase, con dos chicas enfadadas o felices de que este devuelta.
Al entrar, me había encontrado con toda la habitación desordenada y me había puesto a ordenar como una loca. Brooke era una de las personas más desordenadas que conocía, dejaba todo en el suelo y no le importaba. No es que yo fuese una maniática del orden, mi cuarto varias veces estaba repleto de ropa por todos lados, pero una cosa era dejar mis cosas en mi cuarto donde yo solo lo vería, y otra cosa era dejarlas en la sala y hasta en la cocina.
Cansada de ordenar había decidido ver un poco de televisión para que se pasase más rápido el tiempo. Había considerado la opción de ir a buscarlas en el recreo, pero la había descartado inmediatamente. Prefería encontrármelas aquí, en un espacio cerrado, por si decidían hacerme alguna escena. Odiaba ser el centro de atención, y cuando Brooke se enojaba en algún lugar público, era imposible no serlo. Todavía no había conocido ese lado de Lexie, pero esperaba que no fuera tan escandaloso cómo el de Brooke.
La puerta del cuarto se abrió, interrumpiendo mis pensamientos. Brooke y Lexie entraron, inmersas en su conversación que no fue hasta que dejaron sus cosas en la mesa de la cocina que advirtieron mi presencia.
Brooke abrió sus ojos como platos, y la primera reacción de Lexie fue correr a abrazarme. Susurró algo que no llegué a comprender contra mi pelo y luego se apartó. Me miró con sus ojos verdes y me dijo lo mucho que me había extrañado. Lexie y yo nos conocíamos hace tan solo un par de semanas, pero sentía que era desde hace mucho más tiempo. No estoy muy segura de porque, pero desde que la conocí supe que nos convertiríamos en buenas amigas. Y no me había equivocado. Brooke, en cambio, se quedó quieta junto a la mesa de la cocina mirándome sorprendida. Luego dio un suspiro exagerado y negando con su cabeza, me dijo:
— Eres una idiota— dicho eso caminó hacia donde yo estaba y me abrazó como lo había hecho Lexie. Me reí para mis adentros y le devolví el abrazo.— No sabes las ganas que tengo de apuñalar al cabrón que te ha hecho esto— me dijo cuando nos separamos, mientras que me examinaba la cara.
Le sonreí tímidamente.
— Basta de mí. ¿Qué hicieron estos días?— les pregunté desviando el tema completamente.
Lexie me contó todo de lo que me había perdido, que no fue la gran cosa. Las clases habían sido tan aburridas como siempre, Shannon y Silver habían almorzado un par de veces con ellas, lo que provocó una pequeña sonrisa de mi parte al recordarlas, y Brooke había pasado bastante tiempo con Tristan. Al nombrarlo a Tristan, la cara de Brooke se iluminó y se puso roja como un tomate.
— Alguien está enamorada— canturreé burlandola.
— ¡Quiero que lo conozcan! Les prometo que serán amigos.— nos dijo alternando su mirada de la mía y de la de Lexie mientras que ponía sus manos en su pecho.
No la veía así de enamorada desde...bueno, desde nunca. Brooke nunca había tenido novio, ella solo se enrollaba con tipos por una noche, y me alegré de que por fin haya conocido a alguien especial.
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Profundo
Любовные романыTan solo hace falta un momento, un minuto, un segundo. En ese instante tu vida puede cambiar. Todo lo que crees que conoces de pronto cambia y tu vida da un giro de 180 grados. En un intento de escapar de los demonios que me perseguían durante las...