Parte 38

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Kat

No me había dado cuenta que me estaba costando respirar hasta que me desperté de pronto con una alta falta de oxígeno por la tela negra que me tapaba toda la cara. Lo único que podía ver era negro: todo estaba absolutamente negro.

No sabía donde me encontraba ni si estaba sola o no, pero lo que si sentía era una vibración debajo de mi y el sonido de un motor. Estaba en un auto, en un auto en movimiento. Lo que quería decir que no estaba sola ya que evidentemente alguien debería de manejarlo.

De repente todo lo que había ocurrido hace dios sabe cuanto tiempo vino volando a mi cabeza y comprendí, angustiada, que probablemente Kade estaba en este auto.

Intenté de mantenerme lo mas quieta que pude y de borrar cualquier indicio de movimiento o de señal que me había despertado. Quizás si pensaba que seguía inconsciente todavía tendría alguna chance de escapar de esta. Sentía mi cartera todavía cruzada sobre mis hombros, el muy imbécil ni se había ocupado de quitármela. Quizás si podía llegar hasta ella sin que lo notara y agarrar mi teléfono...

No estaba segura en que momento me había desvanecido, pero el intenso e insoportable dolor que sentía en la nuca sugería que me habían noqueado.

—Toma la siguiente salida.

Una voz me sacó de mis pensamientos y presté atención a cualquier respuesta. La voz era grave y una que no reconocía.

Por el ruido del pavimento contra el auto y la notable alta velocidad, suponía que estábamos en la carretera.

De pronto una luz brillante me cegó por completo y tuve que pestañear varias veces para acomodarme y poder ver quien me había sacado la capucha.

—Buenos días princesa—me susurró.

La cara de Ronnie estaba a tan solo unos pocos centímetros de la mía y desde esta distancia pude ver lo dilatadas que estaban sus pupilas y todas las pecas que le cubrían la nariz que desde lejos no se veían.

Quizás si Ronnie no estuviera tan desnutrido, no estuviera totalmente consumido por las drogas y tuviera un corte de pelo que no le hiciera parecer un loco, seria guapo. Pero en este estado lo único que me provocaba eran ganas de escupirle la cara para que se alejara.

—Esta despierta—dijo mas fuerte para que lo pudieran escuchar los demás sin dejar de mirarme en ningún momento.

Dicho eso Kade, que ahora veía que era el que estaba manejando, me miró de reojo y luego de mirar por el espejo retrovisor, fue bajando la velocidad.

En el asiento del acompañante, aunque no lo podía ver ya que yo estaba justo detrás, reconocí por la anchura de los hombros y por el corto pelo negro a Heath. Ya que ya conocía las voces de Ronnie y Kade, solo quedaba asumir que él era quien había hablado primero. Era la primera vez que lo escuchaba decir palabra y probablemente lo había hecho porque pensó que estaba inconsciente.

—Cámbiame de asiento, Ronald—la voz de Kade cortó nuevamente el silencio.

El auto, que ya no era la camioneta en la que pensé que me encontraba, frenó del todo y Kade abrió rápidamente la puerta para bajarse.

Ronnie me dio un rápido beso en la mejilla.

—No puedo esperar a que estemos a solas, tu y yo—dijo al separarse de mi. Su aliento me pegó en la cara y me contuve las ganas de vomitar o de pegarle un cabezazo.

Recordé las palabras de Kade antes de que me raptaran. Había dicho que dejaría que Ronald y Heath se tomaran turnos antes de que él se hiciera cargo. No se por que motivo pero me daba mas terror el hecho de que se iban básicamente a turnar para torturarme y dios quien sabe que mas, a que morir. Nunca le había temido a la muerte y con saber que Will estaba a salvo ya no me quedaba mucho mas por desear.

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