Parte 17

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Kat

Traté de recordar los fragmentos que me faltaban de ayer a la noche mientras que me ponía las medias, pero fue en vano. Desde lo que paso con Will en el comedor mi mente se había puesto en blanco, ni siquiera estaba segura cómo es que había llegado hasta mi habitación, o quién me ayudó a llegar hasta aquí.

Todavía no podía creer lo que había pasado. Había perdido cada pizca de dignidad y respeto que aún me quedaba, ni siquiera sabía cómo enfrentarlo a él hoy. Además de haber cedido por completo había quedado como una hipócrita, yo era la que había puesto mas de una vez distancia entre nosotros y ayer por la noche básicamente me había lanzado sobre él. Por dios, ni siquiera había querido reconocer lo mucho que me afectaba Will hasta que una vez ebria y bailando junto a él había logrado no pensar en nada mas que las ganas que tenía de que me besara. 

Me obligué a parar de pensar en eso mientras que terminaba de cambiarme. La cabeza me daba vueltas, pero comparado a otras veces, no era nada grave. Con un poco de tapa ojeras y rubor había solucionado mi cara, y mi pelo lo había recogido en una coleta. Miré el reloj, eran las dos de la tarde.

Mi plan era bajar a tomar un vaso de agua y quizás agarrar algo para comer, y quedarme en mi cuarto todo el día con la excusa de que me sentía mal.

Cuando llegué al pie de la escalera, sentí olor a comida.

—Hola dormilona—la familiar voz de Lexie hizo casi que me cayera por las escaleras del susto.

Todos estaban sentados alrededor del comedor. Todos. Estaban almorzando y, por supuesto, había un lugar ya preparado para mí. A la mierda con mi plan.

Sin decir mucho me senté en mi lugar y me serví la comida.

— ¿Dormiste bien?—estaba tratando de controlar el hecho de que él que estaba sentado enfrente mío era Will, y que me habían comenzado a transpirar las manos como si acabara de correr un maratón. No me miró cuando me habló, siguió comiendo, pero había una sospecha de sonrisa en su cara.

— Si, de hecho— traté de conservar la calma.

—Te voy a matar— escupió Neil el tomate que estaba comiendo. Parker nos mostró a todos lo que Neil acababa de ver en instagram, que era la foto de él durmiendo con la cara dibujada en su teléfono. Todos se rieron, y yo no pude evitar reírme con ellos.

— Lo siento hombre, no me pude contener— dijo Parker mientras que se reía.

Brooke, que estaba enfrente de mí se atragantó de lo mucho que se estaba riendo.

— Hay que enmarcarla— dijo cuando se recuperó.

Neil trató de arrebatarle el teléfono a Parker que estaba sentado enfrente de él, pero los reflejos de James eran mejores.

— Los voy a matar a todos— nos echó una mirada furibunda.

— Oh, vamos Neil, no es tan grave— lo consoló Lexie a lo que él le respondió mostrándole el dedo del corazón.

— Yo creo que quedara bonita alado de esta— saqué mi teléfono y les mostré la foto que había sacado en el auto de camino hacia aquí, lo que causo más risas entre la mesa.

— Esto es demasiado—dijo Brooke mientras que lloraba de la risa junto con Tristan.

—No, lo que esto es, es bullying —reprochó.

Mi celular paso de mano en mano para que todos pudieran ver la foto, y cuando le llegó a Will me pasó el celular tocándome la mano más de lo que debería. Por supuesto que lo hizo a propósito porque cuando vio que yo me revolvía en el lugar incomoda, él sonrió.

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