Parte 18

203 18 5
                                    

Kat

— Hola mamá— le dije a través del teléfono. — ¿Cómo anda todo por casa?—saqué mi taza preferida de Starbucks del estante y la llené con café recién hecho. Las llamadas de mi madre cuando estábamos a distancia ya se habían hecho rutinarias, y no era precisamente porque tuviéramos la mejor relación del mundo.

— ¡Cariño! — la aguda voz de mi madre sonó por el altavoz. Le agregué leche al café. — Bien, todo de maravilla. Tu padre está loco con el trabajo, como siempre, y Luke se la pasa enfrente de la televisión, lo que me deja a mí a cargo de todo. —se rió mi madre y me reí con ella. Un sobre de edulcorante.— Así que ves, todo sigue igual. ¿Y tú? ¿Cómo les fue en el viaje?

Le di un sorbo a mi café. ¿Cómo me había ido? Mal, mal y mal. Mi dignidad y orgullo se habían ido por el desagüe y me había peleado con Brooke.

—Bien, no paso nada en especial. —escudriñé mi cerebro para cambiar de tema— ¿Cómo anda la señora Simmons?

— ¿La señora Simmons?— repitió extrañada. —Bien, o eso creo yo. —La línea se quedó silenciada por un par de segundos— Kattie, querida, ¿pasa algo?

— ¿Que dices?

—Prefieres preguntarme sobre la vecina por la cual nunca demostraste preocupación antes a que hablar de ti, algo está pasando. — Suspiré y me hundí en mi café. — ¿Quieres contarme?—negué con la cabeza, pero me di cuenta de que no me podía ver.

— Nada, tuve una discusión con Brooke, pero ya se resolverá. — le dije tratando de convencerme más a mí que a ella.

No había vuelto a hablar con B, no por lo menos del tema. Era imposible que dos personas se ignoraran completamente si vivían juntas, pero nos arreglamos para intercambiar las más mínimas cantidades de palabras posibles. Sabía que en cualquier momento iba a tener que pedirle perdón por todo lo que le había dicho, pero no podía encontrar ni el lugar ni las energías suficientes para hacerlo.

— No dudo de que se van a arreglar, ustedes dos no pueden ser capaces de estar alejadas dos días enteros— me dijo riéndose. — ¿Sobre qué discutieron?

— Nada de importancia. ¿Me pasas con Luke?—le dije ansiosa por evadir esa pregunta. 

— Ya está durmiendo, tiene que levantarse temprano, pero le diré que te llame mañana por la tarde.

—Vale, hablamos luego mamá.

— Hasta mañana cariño.

Colgué el teléfono y bebí lo que quedaba de mi café. Me arrepentí en seguida de habérmelo preparado, en un par de horas tendría que irme a dormir y me costaría más de lo normal. Ya ni lo bebía por un hecho de necesidad para despertarme, si no que me gustaba tanto el sabor que lo podía tomar en cualquier momento del día, incluso justo antes de acostarme.

— ¿Hablabas con tu mamá?— me preguntó Lexie que apareció detrás de la puerta.

Asentí con la cabeza. Se acercó hasta nuestra cocina y se sentó en la encimera. Llevaba el pelo medio recogido medio suelto, y la hacía parecer más chica de lo que era. Me miró de reojo.

— Creo que es tiempo para que me cuentes que paso contigo y Brooke. — la miré sorprendida.— Vamos, no fue muy difícil darse cuenta de que algo andaba mal entre ustedes.

Apoyé la taza sobre la mesada.

—Ayer tuvimos una pelea, dije algunas cosas que no debería de haber dicho—miré para abajo.

—Pues díselo—me dijo como si fuese lo más obvio del planeta.

— Si, pero no es tan fácil. —puse la taza en el fregadero y me quedé a espaldas de Lexie. —La lastimé.

ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora