CAPITULO I "¡DI UNA ORDEN!"

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— Sandy, las señoritas no se suben así a los caballos

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— Sandy, las señoritas no se suben así a los caballos.

— Soy una señorita ruda. — dijo mientras se montaba al caballo mucho mejor que yo, me reí y le di el empujón final para que subiera rápido.

— Gib, foto, foto. — dijo agitando los brazos para su hermano, que dejó su arco y flechas en el suelo para poder tomar las fotos.

— ¡Sandy, arriba las manos! — gritó Gib para su hermana mientras tomaba la primera foto. — el carrusel siguió su curso, hasta que diera la vuelta podría hacer muchas fotos más. — Sandy me abrazó mientras yo la sostenía arriba del caballito, es pequeña para soportarse sola.

— Te quiero mucho papá, eres mi héroe. — es difícil aceptar que no siempre se es suficientemente rápido para prevenir una situación, abrazaba a mi pequeña hija cuando, inesperadamente, algo atravesó mi pecho, por instinto, no solté a mi bebé en el momento, los gritos de chicos y grandes aumentaban mientras todo para mi sucedía en cámara lenta, terminé en el suelo, lejos de Sandy.

— ¿Sandy, bebé? — me acerqué a ella como pude, mi pequeña sangraba de la cabeza y tenía sus hermosos ojos verdes abiertos, tenía una herida de bala a pocos centímetros de mi corazón, pero deben saber que en éste momento, me importa en absoluto el asunto, abracé a mi nena muy consciente de lo que sucedía.

— ¿Papá? — todo fue distorsionándose poco a poco, no pude responder a mi hijo que también comprendía poco a poco la situación, ¿Por qué un niño de su edad tenía que ver esto? Pensé, molesto con todo y con todos. Gib tomó su arco y sus flechas.

— Isaac, no te duermas. — Mauro estaba cerca de mí, se percató de lo mismo que yo en cuanto a Sandy, no hubo más disparos, pero el que hubo, fue suficiente...

— ¿Qué mierdas pasa Matías? No dejen ir a ese hijo de puta, lo quiero, aquí. — volvió a mirarme. — Isaac, he, Isaac. — un disparo más se escuchó y después el estruendoso grito de Victoria clamando a Gibran, suspiré mientras Mauro intentaba pararme la hemorragia, no sé si quiera vivir después de esto.

 — un disparo más se escuchó y después el estruendoso grito de Victoria clamando a Gibran, suspiré mientras Mauro intentaba pararme la hemorragia, no sé si quiera vivir después de esto

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𝗠𝗮𝗳𝗶𝗮 𝗟𝗼𝗴𝗶𝘀𝘁𝗶𝗰'𝘀: 𝗛𝗶𝗷𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗙𝗿𝗮𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora