La paz no es un calificativo propio de la MAFIA, Isaac había logrado construir un imperio, el cual controlaba a su entero antojo, sin embargo, los precios a saldar son elevados, y él había pagado el más alto.
LA FIRMA opera a placer gracias a IMPER...
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— ¿Cuánto tiempo estuviste lejos de tú familia?
— Mucho, mucho y no sé qué tan bueno sea arrepentirse de eso, Christy.
— Supongo que no te sirve de nada, salvo para que no lo vuelvas a hacer. — sonreí.
— Es cierto, señorita reportera.
— ¿Vas a la escuela?
— Acredito los fines de semestre, mis maestros son buenos. — sin mencionar que los obligo un poco a serlo.
— ¿En qué países estuviste?
— Muchos, Emiratos, China, Japón, Corea, Brasil, Francia con un primo, Inglaterra con amigos.
— Eres un viajero solitario.
— No tengo opción. — dije sonriendo.
— Sonríes muy bonito, tienes una sonrisa muy bonita. — ladeo la cabeza.
— ¿Qué no se supone que soy yo el que tiene que decirte eso? — sonrió.
— Es siglo XXI Fer, las mujeres también cambian neumáticos, checan el aceite de su coche y juegan fútbol. — me reí.
— ¿Eres feminista acaso?
— No.
— A mi me sonó eso muy feminista.
— Tú tienes ideas machistas.
— No es verdad, no soy de los que creen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer con todo y suegra; soy más de la idea de que la mayoría de los logros de una pareja es porque tienen una mano fuerte que los sostiene.
— Wow ¿Eres escritor?
— No, soy compositor, músico, modelo, DJ, piloto, motociclista, trepador de muros...
— Parkour ¿Es en serio? Eres todo un estuche para dama, Fernando.
— Ya sabes lo que dicen, los hombres únicos atraen a mujeres únicas ¿Quieres nadar?
— No traje bañero. — me dijo obviando, saqué uno de mi mochila y saqué el mío.
— Espero que te quede, solo te vi una vez y no es fácil sacar medidas imaginarias de alguien a quien solo has visto una vez. — me miró impresionada.
— Es mi talla, gracias.
— ¿Quieres cambiarte acá? Yo puedo irme a otro lado mientras lo haces.
— Yo me iré, tú cámbiate acá. — se levantó con el bañero en las manos mientras yo me quitaba la playera y después la camiseta, me bajé el pantalón y el bóxer sin pudor, me metí el bóxer especial para nadar con chicas bonitas y esperé unos minutos; volvió con el bañero puesto y ni mandado a hacer le hubiera quedado más perfecto, exhalé con la boca abierta, después apreté los dientes y sonreí.
