Tenía muchos años sin ponerme un traje de charro y no hablemos de montar a caballo, pero como dicen por ahí, lo que bien se aprende, nunca se olvida, así que podré con esto. La tan esperada noche de la feria patria había llegado, Salvador cantó antes que yo, así que me tocaba cerrar el evento, la gente se le había entregado, pero me tocaba hacer mi numerito y de paso demostrarle que nadie le gana al primero en la fila de los espermatozoides de papá.
— ¿Gib?
— Aquí estoy Ainhoa. – dije mientras tomaba el sombrero.
— Dios, te ves bien guapo.
— Yo nací así. – le besé la frente.
— ¿Estás listo? ¿No olvidarás las canciones?
— Jamás ¿Por quién me tomas?
— Así como se le olvidó dónde estaba su casa por casi 3 años podría olvidar una letra, no le pidas perlas a los cerdos, Ainhoa. – dijo Salvador pasando a un lado de mí, chocándome con su hombro, no respondí.
— No peleen ¿Si?
— Yo tengo la boca cerrada. – caminé hasta el establo y busqué mi caballo. – Tauro, mírate, estás enorme. – lo acaricié, me aseguré de que estaba bien la silla y me subí.
— Dios, eres tan atractivo. – me reí de mi hermana. – me iré porque tengo que presentarte.
— Está bien. – el palenque estaba lleno, lo podía ver desde adentro, los del staff me indicaron acercarme al acceso a la arena, escuchaba la voz de mi hermana pero no podía escuchar con claridad lo que ella estaba diciendo.
— Ahora, señor.
— Vamos, Tauro. – palmeé el caballo y se movió hacia la arena, miré la plaza, mierda, no la recordaba tan grande, el mariachi comenzó a tocar, vaya en su mayoría son mujeres, vi a Christina a lo lejos y me acerqué mientras cantaba las primeras estrofas de la canción.
Ella me miraba soñada, sonreía sonrojada mientras sus amigas la codeaban riéndose, le guiñé el ojo antes de bajarme del caballo, hice una reverencia hacia mis padres que estaban en la grada privilegiada, Julia estaba ahí, Darah estaba ahí, rodé los ojos y seguí cantando, total.
El mariachi se siguió de corrido con la siguiente canción, me acerqué a dónde se encontraba mi mamá, tenía que concentrarme en algo que no fuera amo pasional sexual, así que canté para mi mamá.
Mi mamá sonreía y se emocionaba, vaya, qué efecto me lanzo, tanto que contagió a mi tía Rosario, Diana, Galilea, Lirio y Mónica.
Sin embargo ustedes saben lo traicionero que puede ser el corazón, busqué nuevamente a Christina y canté para ella el resto de la canción, total, la vida es un riesgo ¿O no?
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𝗠𝗮𝗳𝗶𝗮 𝗟𝗼𝗴𝗶𝘀𝘁𝗶𝗰'𝘀: 𝗛𝗶𝗷𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗙𝗿𝗮𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱.
ActionLa paz no es un calificativo propio de la MAFIA, Isaac había logrado construir un imperio, el cual controlaba a su entero antojo, sin embargo, los precios a saldar son elevados, y él había pagado el más alto. LA FIRMA opera a placer gracias a IMPER...