CAPITULO XLIV "ASUNTOS PROPIOS"

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Llegaba a la tequilera cuando me percaté de que Mónica Cecilia Pacheco estaba en la sala de espera, ladeé la cabeza.

— ¿Qué haces aquí? – dije cruzándome de brazos.

— El asunto no es contigo Mauro, ya no. – sonreí levemente.

— Eres una perra ¿Si sabías, no? – se acercó a mí, molesta, dispuesta a golpearme, le detuve la mano. – No permitiría eso aunque tu vida dependiera de ello.

— Deja de meterte en asuntos que no te incumben, Mauro.

— Sé lo que estás haciendo, sé lo que quieres.

— No quisiste en su momento, no me vengas a decir que te arrepientes.

— Yo jamás hubiera podido cambiar mi familia por una zorra desalmada como tú.

— Pues Isaac parece tener otro tipo de ideas, Mauro, acéptalo, por algo él es el líder y tú no.

— Nunca me ha interesado ser líder si doblegarme a los encantos de alguien tan común como tú se trata, si lo estás esperando creo que olvidó que tenía una cita contigo porque se ha ido con su esposa a un viaje de negocios.

— ¿Qué?

— Eres una estúpida si crees que va a preferirte a ti en lugar de ella.

— Pues cuando estamos juntos las cosas cambian.

— Bueno, si te conformas con lo que le sobra, como la gata eres, estoy de acuerdo.

— Eres un pendejo, Mauro.

— ¿Por qué? ¿Por no dejarme seducir por una tipa como tú que solo huele dinero? Estoy orgulloso de ser quién soy.

— Ya verás si no destruyo la felicidad de tu amigo.

— Tendría que permitirlo, ten cuidado dónde pisas Mónica, la triada podría enterarse de tus planes, que por cierto, no solo te exhiben como una cualquiera, también como una ingenua.

— Estás celoso, ese es tú problema.

— Deja en paz a Isaac, Mónica, o te atienes a las consecuencias, crecí prácticamente en las calles, a mí no me enseñaron a respetar a zorras entrometidas como tú ¿Entiendes?

— No sé qué estaba pensando cuando me interesé primero en ti que en Isaac, la diferencia es...

— La diferencia es que mi amigo tiene una mala racha contigo, eso es lo que pasa, ándate con mucho, mucho cuidado Mónica, que yo si soy capaz de destruir tu castillo, y tendrás que saber, que será tú palabra contra la de Isaac y la mía, no te conviene ponerte a la par conmigo, no estás a mi nivel, te falta oficio.

— Ya veremos, Mauro, ya veremos. – tomó su bolso y salió de la oficina, resoplé, fastidiado.

— Si las cosas se le salen de las manos, todo esto llegará a oídos de Victoria y se acabará la gran historia de amor entre la mamba y el pardo.

𝗠𝗮𝗳𝗶𝗮 𝗟𝗼𝗴𝗶𝘀𝘁𝗶𝗰'𝘀: 𝗛𝗶𝗷𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗙𝗿𝗮𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora