CAPITULO XLV "JOSÉ CARLOS CARRILLO"

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***NANCY GONZÁLEZ***

— Me cuesta pensar que tú cocinaste esto.

— ¿Disculpa?

— No tienes cara de ser un buen cocinero.

— Todo depende del ambiente, tal vez no sea el mejor para la cocina, pero sé cocinar otras cosas. – dijo altivo.

— ¿Siempre eres así?

— ¿Así cómo?

— Altivo, orgulloso de ti mismo.

— Amh, no entiendo.

— ¿No dejas que los demás digan lo espectacular que eres?

— Sabes, mi papá dice que solo las personas que se aman a sí mismas saben lo que realmente es el amor, así, que siguiendo el orden de ideas, si me echo flores yo solo, soy capaz de lanzárselas a los demás, a ti, por ejemplo, estás como para quitarte ese vestido con los dientes.

— Imbécil.

— Soy un buen navegante, he pilotado coches, motos, helicópteros, mujeres y barcos, suelo llegar a lugares que nadie más ha llegado ¿No te interesa?

— No, en absoluto.

— Me gusta platicar contigo, eres una mujer sin filtro, son las mejores.

— ¿Sí?

— Si, no se miden, no piensan lo que dicen, creo que es fantástico, alguien que no cuida el peligro que hay en sus palabras.

— ¿Y si eso lastima a alguien?

— Hieres mis sentimientos ¿Acaso te importa? – negué. – Eres crueldad andando, eso me fascina.

— No tienes sentimientos, Palacios.

— Los tengo, en serio, recuerdo que una vez mamá compró un pastel, creí que era para mí y cuando quise comerlo, me dijo "Es para el más listo niño de la tierra" creí que me lo estaba diciendo a mí, y no, se lo estaba diciendo al imbécil de mi hermano, ahí descubrí que sí tenía sentimientos y que mi mamá me había herido sin querer.

— ¿Por qué eres así? Creo que Gib es un buen hermano.

— Eso dices porque no lo conoces.

— Vi a un hermano cariñoso ayudar en la ducha a su hermano. – resoplé. – Es verdad, es un buen hermano, y sabes por qué lo digo.

— No, no lo sé. – lo miré directo a los ojos.

— No estabas defendiendo a nadie ¿Sabes por qué lo sé? Porque del otro lado estaban dos miembros de la familia Varela que aseguraron que el primogénito de los Palacios los había bajado a golpes, así que si mi inteligencia no me falla, tú estabas metido en problemas y tu hermano te sacó las papas del fuego, coloquialmente hablando. – tragó saliva.

— Eres muy lista. – dice como último recurso.

— Si, lo soy, por eso considero a Gibran un buen hermano, sé que te ha herido su forma de ser, pero no puedes cambiarlo, Salvador, creo que deberías comenzar a quererlo tal y como es, así como él no ha querido cambiar lo que eres y lo que haces. – tragó saliva nuevamente.

— ¿Me sabes algo o me hablas al tanteo?

— Yo solo soy objetiva.

— ¿Cuánto te paga para tocar ese tema en nuestra primera cita?

— ¿Esto es una primera cita?

— Lo es. – dijo orgulloso. – Aceptaste voluntariamente salir conmigo, eso equivale a una primera cita.

𝗠𝗮𝗳𝗶𝗮 𝗟𝗼𝗴𝗶𝘀𝘁𝗶𝗰'𝘀: 𝗛𝗶𝗷𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗙𝗿𝗮𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora