La paz no es un calificativo propio de la MAFIA, Isaac había logrado construir un imperio, el cual controlaba a su entero antojo, sin embargo, los precios a saldar son elevados, y él había pagado el más alto.
LA FIRMA opera a placer gracias a IMPER...
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Llegué a Torre Los Ángeles al mismo tiempo que Samir aterrizaba en el techo de una de mis tantas torres.
— ¿Estás bien Gibbybombom?
— Sí, estoy bien, necesito hablar con Samir en privado, consígueme algo de ropa decente, ve a Pradda, le das mi código, ya sabes.
— De acuerdo, jefe. — le besé los labios, se lo ha ganado; me bajé de la camioneta y entré a recepción.
— Bienvenida señor Palacios.
— Hola, Laura, estaré arriba.
— ¿Quiere que prepare alguna habitación?
— No, volaré a México en cuanto termine mi charla, que bella estás hoy por cierto.
— Gracias señor, el señor Samir Montaño lo espera arriba.
— Gracias preciosa. — le guiño el ojo antes de caminar al ascensor privado, subí mientras pensaba en el siguiente paso.
— Deberían componerte una canción en la que aceptes de viva voz junto con el mundo de que eres un próximo rey.
— Lo pensaré bien, Sam ¿Cómo estás? — nos damos un abrazo. — toma asiento, por favor. — nos sentamos, Sam me mira.
— ¿A quién mataste hoy, GB?
— ¿No tengo sangre?
— Pero tus pupilas, tuviste mucha adrenalina ¿Tuviste sexo?
— No aún. — nos reímos. — acabo de reclamar un territorio, ahora Los Ángeles es nuestro, pero quiero comentarte algo sobre una frontera que nadie ha tomado en cuenta.
— ¿Quieres evadir a la gente del negro maldito ese?
— Me importa un reverendo pepino lo que ese pendejo quiera, quisimos negociar y no quiso, ahora le vamos a pasar la mercancía por los huevos y ni cuenta se va a dar, pero ese es otro asunto, hablo de una frontera que está en nuestro territorio, no es fácil que alguien quiera pasar algo por ese lugar, y por eso es perfecto, no puedo creer que no se me ocurriera antes.
— Tú papá ya negoció con puta mamá y puta hija para cruzar el último embarque.
— Vamos a hacer el traslado nosotros, no quiero problemas.
— Por cierto, que la puta hija tiene muy bien visto a tu hermano.
— Ya lo sé, voy a tener que hablar con esa cabrona, ya se pasó mucho de lista.
— Me parece perfecto, ¿Seguro que tienes una ruta? Porque si le pido la carga a tu padre prometiéndole el cielo y nos agarra la gente del negro o los chinos y me va a cortar los huevos.
— No seas maricón, si te estoy diciendo es porque sé cómo vamos a pasar el CAM a Norteamérica.
— Bueno, hablaré con él, por cierto ¿Qué le voy a decir cuando me pregunte cómo conseguí el territorio nuevo?
