Capitulo 19 "Entender el color, a uno mismo, y al otro"

186 13 0
                                    

Mezclaba infinitos colores. A cada uno le asignaron un momento que tenían que pintar, un sentimiento, a algunos el color de la felicidad, el color de el otoño, a mi me dijeron que pinte el color de un beso. ¿Que color seria ese? Yo me imaginaba un color rojo fuerte pero a la vez suave que no importe que llamativo se vea, los únicos que lo vean así son los que sienten ese amor, que sea un color en secreto, un color de dos. Lo entendía, y lo conocía, pero no podía pintarlo. O era un rojo fuerte, pero demasiado llamativo, no suave, o tan suave que era imposible notar la calidez de un beso. Entre rojo, amarillo, naranja, rosa, blanco, negro, mas claro, mas oscuro. Manchas y manchas. Voltee a ver los demás trabajos, pero solo veía colores, aunque trataba de descifrar que eran, no podía, tal vez era yo, o todos tenían el mismo problema.
-Que sucede Styles? - me preguntó agachándose hacia mi trabajo la profesora.
Miré nuevamente mi hoja y suspiré.
-No puedo, es imposible - al ver que iba a hablar le deje bien en claro - pero no, no es que no sepa como es, esque, simplemente no puedo encontrarlo entre colores.
La maestra rió - A ver, entonces, para vos que significa el color de un beso? - preguntó amistosamente, más feliz que antes, creo que hice algo bien, pero no se que.
Pensé unos segundos las palabras adecuadas - Creo que, em, ah! ya sé!Es como cuando tocas la arena suave, caliente, y se te escurre por la manos, y después vas corriendo a mar por el calor y te morís de frió, solamente vas al mar porque sabes que va a estar la arena ahí tibia esperándote. Es como vivir, morir, y revivir, cuantas veces quieras. Es arriesgarte sabiendo que el otro va a estar ahí, sin importar que. Es como si el rojo se mezclara con el gris y el beige de la arena suavizándose con el celeste del mar, con el naranja del sol, el blanco de el cielo - Al terminar de hablar entre en razón y me di cuenta lo patético que fui al decir eso. Que patético dios mio.
La profesora me miró estupefacta, y luego sonrió.
-Linda forma de mirar los besos - me sonroje suavemente y mire para abajo - y vos que ves en el dibujo? - miré hacia la hoja.
La observe unos momentos y reí. No veía nada, menos un beso.
-No veo nada. Es como si el cielo estuviera gris y la tierra mojada, cuando es invierno y oscurece rápido, y todo va más rápido, y vos lo único que queres es que vaya todo mas lento, pero no podes. Es una mezcla entre azul oscuro llegando a negro, con rojo y un naranja mal formado, de un atardecer que no llegaste a ver. Simplemente este dibujo pasa rápido por mi mente y no llego a ver nada.
La maestra se me quedo viendo y como no decía nada hablé.
-No se como lo tengo que hacer.
Ella embozó una sonrisa.
-Realmente depende de la visión de uno, por eso está las opiniones, nunca a todos les va a gustar lo que haces, o directamente no van a tener la misma visión ni van a entender que estas pintando. Tal vez tengas el vivo retrato tuyo enfrente y ni lo veas, algunos ni siquiera ven la diferencia entre el cielo y la tierra, creen que es del mismo color, ¿quien dijo que el cielo es celeste? o que el otoño es marrón? porque uno tiene que ver el dolor así de oscuro y opaco? Algunos lo ven diferentes. Te lleva años, hasta vidas conseguir un color que ejemplifique lo que estas demostrando, porque nunca, pero nunca vas a llegar que todos vean lo mismo, hasta vos mismo.
El sol iluminaba ya toda el aula y alumbraba todos los trabajos. Otoño, Felicidad. Iluminaba los besos.
-Entonces... nunca voy a encontrar este color?
La maestra sonrió levantándose del asiento.
-Antes que nada, uno tendría que experimentar, sentir, ese color, entender porque es así, y después, aprender a transmitirlo a otro, porque lo único que tenes que hacer es buscar a ese alguien al que se lo queres transmitir, porque nunca va a poder ser a todos, o es a uno mismo o a otro, o sino, a ninguno.
La clave es entender el color, entenderse a uno mismo, y entender al otro. - Se fue caminando dejándome con la palabra en la boca, y los besos en mi mano.

La noche se iba apagando de apoco, ya entendía porque el observatorio se encontraba ahí, las estrellas se ven de maravilla.
El verde no era un verde muy claro, ni tampoco cristalino, era mas bien como un gris con verde, pero brillante, como iluminado, ni tan claro ni tan oscuro, era color mate y opaco, pero ahí escondido se veía su brillo, depende de donde se mirara. De unos ángulos se veía oscuro como si realmente no fuera verde, fuera totalmente marrón y lleno de oscuridad por otro lado también se podía ver un verde con celeste y gris, haciendo la diferencia contra lo oscuro. Era depende de donde se mirara, y creo que lo estaba viendo bien, creo que entendí el color, y era el de mis ojos. Se podía ver dos caras, pero ambas en un solo color.
Estaba tan concentrado en la puerta que ni me fijé donde estaba Louis, al percatarme ya había entrado y todas las luces estaban prendidas.
-Si vas a seguir afuera cerrá la puerta que hacer frío - Él rió sentándose en el sillón cerca de la escalera.
Entre enseguida a la casa cerrando la puerta a mis espaldas y bufé.
Había un increíble desorden, al igual que la otra vez, papeles por todos los escritorios, sillas esparcidas por todos lados, ¿quien necesitaba tantas sillas para el solo?
La única diferencia era que ahora había temperas por todas partes, acrílicos, paletas llenas de colores mezclados, pinceles por las mesas, por el piso, había colores por todas partes. Me acerqué a un escritorio y vi muchas hojas manchadas. Todas eran diferentes tonos de verde. Había unas con verdes aguosos, claros y suaves que ni parecían verdes, otros oscuros como la peste, tan negra que ni se divisaba la diferencia, verde brillantes, verdes opacos.
Aún la diferencia entre todos, eran hermosos cada uno de ellos, pero ninguno se asemejaba a mi color, ni al de la puerta.

"Do you ever wonder if the stars shine out for you?" [Larry Stylinson] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora