Capitulo 47: "Inocencia"

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La luz de los coches transitando afuera, se infiltraba cobardemente por los huecos entre las cortinas y se reflejaba bruscamente en el dije de estrella brillando ante mis ojos. Cada vértice puntiagudo parecía nulo de lo blanco que era, la plata y esa blancura de los faroles las aclaraba y las esfumaba. El metal frío caía a lo largo de mi mano y sus dedos estaban tocando levemente mi brazo. Mis ojos estaban cautivados por la belleza del metal y perdidos completamente.
Las luces ajenas a mi cuarto cesaron y el brillo se apagó desapaciblemente. 
No me había percatado de la calidez del abrazo hasta ese momento. Su remera blanca estaba opaca por la poca luz y bastante transpirada. No podía creer como podía seguir de pie.
"La situación con el tiempo sigue siendo la misma, pero llevándose como el mar cada palabra, todo se revela, y la gente empieza a ver distinto"
Rocé sin mucho contacto mi palma con su espalda antes de separarme sutilmente de su cuerpo. Me iba separando de apoco para que él fuera el primero en perder el contacto, pero él solo seguía abrazándome. Sabia que si liberaba ese abrazo me sentiría la peor basura del mundo, no solo con él, sino conmigo mismo. Apoyé mi frente ligeramente sobre su hombro y la moví tanteando.
-Gracias...
Solté con sigileza el abrazo persuadiendo a Louis de soltarme al menos un poco.
Realmente él no me quería soltar.
-Louis - eché una estúpida risa al ver que el castaño estaba con los ojos cerrados - Loouiss! - Louis abrió rápidamente sus ojos y me soltó con sofoco en su mirada.
-Perdón.. - habló mientras con su sonrisa miraba directo a mis ojos y rascaba su cadera con la mano.
-Creo que ya va a ser hora de bajar, si Anne pregunta te mostré toda la casa, eh! - hablé con palabras torpes mientras me acercaba a la mesita de luz.
Mis acciones se efectuaban con anta velocidad que no razonaba antes de hacerlas. La rapidez se frenó abruptamente cuando vi mi mano en el aire apunto de arrojar el collar en el cajón abierto.
Me quedé un tiempo observando el cajón, hecho de madera pintada azulino suave, extremadamente claro, pero sin llegar al celeste. Estrujé fuerte la cadena en mis manos y sin cerrar el cajón traté inútilmente de enganchar los abrojos del colgante por mi nuca. Mis manos vacilaban chocando entre el metal y la piel sin tener éxito. El calor de mi nuca transpirada y el metal frío me provocaba un escalofrío desagradable. Mis manos tambaleaban por la posición y la ranura no entraba con la argolla. Me estaba volviendo loco, maldito collar. Maldito abrojo.
De repente sentí en peso en los hombros y volteé hacia atrás, aún con las manos a mis espaldas.
-Queres que lo haga yo? - me habló bajito Louis debido a que estaba a milímetros de mi oreja. Más bien eran susurros.
Iba a negarlo, alejarme y seguir intentándolo solo, pero noté como mis manos iban temblando cada vez mas y me surgió una furia en el interior, que si no la sofocaba en ese momento, lo mas probable es que todo cayera en Louis.
Solté con resignación en collar y con desdén y frustración se lo entregué a Louis viendo como cada centímetro del metal chocaba contra la palma de este.
El castaño pasó sus brazos por encima de su cabeza y apretó su pecho contra mi espalda por un leve segundo para lograr pasar ambos brazos por encima de todos mis rulos. Escuché una risa tenue proveniente de Louis y sonreí de costado. Su risa era chistosa.
Sus manos golpeteaban por momentos contra mi nuca tratando de acertar al agujero del abrojo. Sus nudillos se desplazaban por la piel provocandome leves cosquillas que acallé como pude mordiéndome salvajemente los labios.
-Ja - suspiró retirando sus manos de mi cuello - por fin! agh, dios! - rezongó Louis sujetándose las caderas con ambos brazos y levantando cansado su vista hacia el techo - Creo que quede ciego - se me formó una sonrisa tonto en el rostro, la podía sentir, no se muy bien si por la estupidez notoria del castaño o al ver la estrella colgando de mi garganta.
-HARRYYYYYYYYYYY - Me sobresalté por el gritó de abajo y volteé rápidamente a Louis. Él seguía con su torpe sonrisa, su torpe torpe sonrisa. Me asomé a la puerta a pasos arrastrados.
-Que maaaaaaaaaa? 
-LA COMIDAAAA!
Sentí como mi estomago hacia ruidos inexistentes al escuchar la palabra comida, y miré con excitación Louis.
-A comeeeeer - me acerqué a él velozmente agarrándolo del brazo y sacándolo de mi habitación. Ya él afuera, me volví a mi cuarto y lo vi unos segundos. Realmente era anaranjado. Si..
Cerré la puerta y bajé rápido al ver que Louis ya había bajado.
Me acerqué a la mesa y al no ver a nadie me dirigí a la cocina.
Anne estaba charlando lo más cómoda con Louis mientras le entregaba una pila con platos y cubiertos.
-Hazz podes llevar los vasos? - dijo soltando su vista para mirarme.
-Se.. - hablé a regañadientes al ver la cercanía de ambos, esta bien, necesitaban estar cerca pata alcanzarle los platos, pero, no, así de cerca no. 
Anne era joven, bella, simpática, un amor de persona. Si yo podía amarla tanto como la amaba, otro más también podía. Y eso me asustaba.
Louis pasó a mis costados yendo al comedor y Anne me alcanzó los vasos mientras yo seguía aún con la cara fruncida.
-Eu, amor, sonriendo te veas mas lindo - habló Anne guiñándome el ojo mientras volvía a la ensalada.
Suspiré alzando las comisuras y me encaminé al living. Al legar vi a Louis colocando los platos y cubiertos con suma prolijidad, lo que me provocó una ternura inmensa.
-Muy pesados los vasos o que? - con mi vista desorbitada busqué a Louis y lo encontré con su mirada burlona observándome. Yo solo rodeé los ojos y coloqué los vasos donde tenían que ir.
-Sientenseeeeee! - entró Anne desde la cocina tanteando con la ensaladera en una mano y una olla en la otra. Rápidamente estaba acercándome a ayudarla pero vi como dos brazos robustos se adelantaron y Louis agarró la olla. 
Me quedé como un imbécil con los brazos en el aire mientras la situación seguía desarrollándose. Louis al apoyar la olla en la mesa me miró a lo que yo solo contesté con una mueca de desagrado y una sonrisa falsa.
Anne se sentó un una punta de la mesa y Louis se sentó enfrente mio. La silla en la que me senté era de plástico seguramente la habrá sacado del patio. ¿Porque yo la de plástico haber?
-Eu sírvanse, ya están grandes - resopló Anne al ver que nos habíamos quedados quietos. Ella solo agarró el cucharon y comenzó a servirse carne.
Ella, es perfecta.
¿Habrá alguien mejor?
No.
Me encantaba ver la inocencia en un rostro tan maduro.
Y lo que más me aterraba, era que eso también me sucedía, al ver a Louis.

"Do you ever wonder if the stars shine out for you?" [Larry Stylinson] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora