Capitulo 33 "Punta punta cae"

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El estacionamiento se encontraba tan silencioso, tan frío, casi tanto como el suelo. Siempre odié el cemento, es tan áspero, y lastima. Tengo una rara fascinación por las maderas, cuando están barnizadas, mucho más. Amo ver como algo tan suave y cariñoso puede tornar a ser algo tan iluminado y tan fresco, me da una chispita cuando la toco. En cambio, el cemento, no me produce nada. Nada bueno.
Hace unos segundos, minutos, lo que quieran, el pasto estaba tibio, tan lindo, aún cubriendo la tierra, se puede sentir que está debajo. En ningún momento me había puesto los zapatos, hasta ese momento sentado ahí, los seguía teniendo. No me acuerdo mucho como llegué ahí. Tal vez haya sido porque el calor me hizo sentir como si estuviera soñando, o tal vez estaba soñando..
Me agarró una desesperación en el pecho al darme cuenta que la primera palabra que se me vino fue 'Louis'.
Dios, tenia que sacarme esos pensamientos. Yo no era gay. No era eso.
Había caminado por media hora por el bosque, cada vez había mas arboles, y eso no era buena señal. El pasto cada vez estaba mas seco y había menos.
Mas arboles. Menos pasto.
Sentía que me raspaba contra el suelo y el golpeteo de las copas de los arboles me daban escalofríos. Que cobarde, madre mía.
Estaba tan pero tan concentrado en las hojas a mis arribas, que no me percaté, que a mis abajos, había una reja. Aveces uno prefiere ver las cosas buenas de frente, anhelandolas, sin enterarse, que hay unas menos buenas, pero buenas al caso, abajo, al lado nuestro. La ambición hace al ignorante.
Esta reja estaba totalmente limpia, sin agujeros, me metí en cualquier lugar.
Empecé a recorrerla para mi izquierda, derecho, sintiéndola. Frío, frío, frío, frío, áspero, metálico, frío. Estaba tan fría, que quemaba. Que genial ver un ambiente tan cálido pero los materiales mas fríos.
"Aveces la cubierta está de más, porque no vale mas bien lo que se ve, sino lo que no se puede tocar, eso vale mucho más"
Tenia los ojos medio cerrados, no dormir me había dejado exhausto, ademas seguía adolorido. Me sentía embarazado por así decirlo.
Mis rulos se sentían asquerosos en mi frente, como grasosos, era un asco. Necesitaba un baño. ¿Hace cuanto que no me bañaba? 2 días? 3 días?
Sos un asco Styles.
Abrí los ojos de golpe al darme cuenta que la reja se había terminado, su tramo finalizó con un pedazo de reja cortada, filosa, abierta a lastimar a todo público. Toqué suavecito la puntita y esperé a que mi dedo sangrara, pero nada. No me pasó nada.
Bajé mi vista y había una linea imaginaria (no tan imaginaria) separando el pasto con el cemento de un supuesto estacionamiento. Con los ocho años que vengo a esta escuela nunca pensé que podría haber un estacionamiento, bueno, nunca lo vi, y miren que cuando iba a la primaria era muy observador.
Realmente me encantaba observar todo.
Todos veían un pizarron. Yo veía lo trágico del color verde, la masacre de la madera, lo inútil de los bordes redondeados, lo seco de la conexión entre ambos.
Todos veían una ventana. Yo veía el cristal, que no solo reflejaba lo de afuera, sino también lo de adentro. Te ves a vos mismo, a los de afuera. Como si fuera una puerta abriéndote la oportunidad de no solo ver como son los demás, sino también a cuestionarte a vos mismo. Y nada mas lindo que ver que no tenes porque estar de ese lado del vidrio.

"-Porque no salís a jugar?
-Porque no me invitaron.
La profesora rió - Harry, a ninguno de ellos los invitaron, ellos fueron solos
-Pero no puedo
-Esta bien, queres jugar conmigo acá dentro?
Y se pasó horas y horas, jugando de ese lado de la ventana"

Aún estaba descalzo y moví despacio mi pie hasta el cemento, no solo era frío y seco, era como... grumoso? si esa es la palabra. No era liso, y eso me daba un asco en el estomago. Empecé a caminar por el piso en puntitas de pie, para tocarlo lo menos que pudiera. Paso paso punta. Punta punta cae paso.
De repente sentí como una sombra se aproximaba encima mio y alcé la vista para ver un enorme techo, pareciera, de una mezcla entre resina, vidrios astillados, capas de plástico transparente, y nada de color, totalmente opaco, casi tanto como para que no entrara mucha luz. Lo que se veía, era gracias a las luces de techo que colgaban de él. Punta punta cae. Paso paso paso paso.
Miré hacia abajo y el cemento ahora estaba todo liso. Giré la cabeza hacia atrás y pude ver la separación entre lo que no estaba cubierto por el techo, y por lo que si. Lo que tenia sol y no tenia techo, era grumoso, lo que tenia techo y luz artificial, era liso. Realmente no sé que queria decir. Rocé moviendo de un lado a otro lado mis pies provocando un lindo escalofrío en mis piernas. Se sentía bien el piso, era, delicado. 
No me percaté hasta ese momento donde me di cuenta la suma cantidad de autos que había estacionados. Al menos el color vivo de los autos despertaba lo muerto del lugar.
Comencé a caminar, sin darme cuenta, por los autos recorriendolos con mi dedo.
Primero pase por un Audi A1 azul scuba, brillaba mucho, era como un azul de película, de esos que da gana de rallarlos. No Styles, no.
Seguí con mi dedo por un Toyota rojo lima, este me gustaba, aún siendo el azul mi favorito, el rojo este era suave, tranquilo, como si cuando le diera el sol un se hipnotizara con su brillo. Sumiso y trabajado.
Luego pasé por uno verde, que no pude ver muy bien su marca, pero un verde firme, verde refinado, diría mi mamá. Parecía verde de seda, como si al auto lo cubriera una gran y gigantesca tela.
Moví mi vista hacia a unos pasos de lejania y pude ver a tres personas hablando. De repente escuche un sonido en seco y me agache, escondiéndome tras el auto.
Creo que esas personas, no estaban hablando.

"Do you ever wonder if the stars shine out for you?" [Larry Stylinson] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora