Capítulo 18.

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#MiércolesDeMalaInfluencia.
EROS.

Al oír un golpe en seco y un estruendo ya es suficiente para que me levante de la cama sobresaltado y grite su nombre. Es lo primero que me viene a la cabeza. Le ha pasado algo.

Pero no contesta, y eso, me preocupa aún más.

Me apresuro en salir al pasillo y camino a toda velocidad hacia su cuarto. La cama está deshecha y hay algunos trastos por en medio, pero ella no está.

-¡Russell! -vuelvo a gritar.

-¿Eros? -pregunta extrañado Bruce desde la planta de abajo.

Pero no le puedo contestar. Estoy demasiado ocupado procesando la imagen que tengo delante. Reese tirada en el suelo, y la moqueta, manchada de sangre. Al rededor suyo hay dos maletas y la escalera del desván está desplegada. La imagen de mi familia sin vida y en la misma posición viene a mi cabeza y me recorre un escalofrío. No puedo dejar que pase lo mismo.

-¿Eros pasa algo? -vuelve a preguntar Bruce. Pero no tengo capacidad para contestarle.

Me tiro a su lado y le levanto la cabeza con cuidado, inspeccionando su rostro. Ella abre los ojos un milímetro y vuelve a cerrarlos.

-Eh, eh Russell, mírame, vamos. -insisto intentando incorporarla.- Abre los ojos Reese, estoy aquí.

Ella vuelve a hacerlo, pero está ida, dudo que ni si quiera sepa lo que le estoy diciendo.

-Reese por favor despierta. -digo sacudiéndola un poco.

-Ellos, Justin... -murmura en apenas un susurro.

-¡Bruce! -grito sin saber qué hacer. Dios, como le pase algo, yo...

-¿Qué pasa? -dice su padre apareciendo por el pasillo. Su cara cambia radicalmente al ver a su hija. Parece que haya visto un fantasma. Traga saliva y se queda estático.

-Bruce. No se despierta.

Él pestañea, pero sigue sin moverse.

-¡Joder, Bruce! -insisto mientras sujeto los hombros de Reese.- ¿Que coño hago?

-Voy a llamar... a una ambulancia. -dice con la voz temblorosa. Rápidamente desaparece y me deja solo. Me levanto agarrando a Reese en brazos y observo su cara relajada, con la boca entreabierta. Respira, pero eso no hace que me sienta más tranquilo. Tiene un lado de la cara apoyado en mi pecho y una de sus manos cuelga a un lado.

-Ha sido ella... Ariadna. -vuelve a murmurar. No sé que cojones está diciendo pero me está poniendo nervioso. No sé qué ha pasado. Mierda, tendría que haber estado aquí con ella y no en mi puta habitación.

Camino por el pasillo cargándola en brazos y bajo a la planta de abajo. Bruce camina de un lado a otro con nerviosismo.

-No la acerques por favor. -dice apartando la mirada. -No puedo verla así, me recuerda mucho a... -deja la frase en el aire y suspira.

-Hay que llevarla a un hospital. Había sangre cuando he subido. -digo volviendo a observar su rostro.- Se que te duele verla así, pero joder, es Reese, tenemos que hacer algo.

-No me hables así. -dice girándose cabreado.- Ya sé que tenemos que hacer algo, pero la ambulancia viene de camino, yo no sé qué hay que hacer en estos casos.

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