Capítulo 40.

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EROS.

Le doy una patada a la puerta de los baños y entro apretando los puños. Quiero gritar, quiero golpear a alguien hasta dejarlo inconsciente, subirme a una moto y ponerla a doscientos por hora por una carretera mal asfaltada. Necesito liberar la ira que siento de alguna manera, y un baile de primavera no es una buena idea para hacerlo.

-¡Solo trataba de protegerte! -grita Reese entrando al baño detrás de mi.

-¡Pues hemos acabado jodidos! -le contesto abriendo el grifo y dejando que el agua limpie la sangre de mis manos.

Me quito la chaqueta del smoking y la lanzo a uno de los lados, para después arremangarme la camisa blanca y desabrocharme algunos botones antes de lavar mi cara, por la cual también hay sangre de Justin. Aprovecho para enjuagar mi boca, el asqueroso beso con la zorra psicópata de Ariadna aún no se me ha ido de la cabeza. Voy a tener pesadillas.

Reese saca su móvil del bolso sin decir nada más y pone en play una grabación. Me detengo para escucharla mientras ambos nos miramos mediante el espejo.

Ariadna sale confesando todo lo que han hecho contra nosotros. Incluido lo del vídeo. La grabación se detiene y Reese vuelve a guardar el móvil en su bolso, expectante.

-¿Y bien? -pregunta cruzándose de brazos.

Me acerco hasta ella y clavo mis manos en su culo antes de comenzar a besarla con violencia. Simplemente lo hago sin pensar, como algo inevitable.

-Se me ha ocurrido una manera perfecta de desatar mi ira... -murmuro contra sus labios mientras mi mano sube por su muslo. El enfado se ha mezclado con las ganas que tenia de besarla y ahora mismo ni si quiera puedo pensar con claridad.

-¡Eso es! ¡Los periódicos! -exclama apartándose, a mitad de nuestro beso.

¿Qué?

-¿En qué mierdas estabas pensando mientras te besaba diciéndote que tenía ganas de hacértelo en un jodido cubículo? -le pregunto molesto.

-Lo siento. -se disculpa inocentemente.- Es que nadie tiene por qué enterarse de lo que ha pasado en el backstage. Quiero decir, solo lo hemos visto un par de personas, entre ellas tú yo y mi padre. Todos los demás solo han visto ese vídeo sobre mi.

-¿Qué quieres decir?

-Si Ariadna y Justin publicaron todo eso en el periódico sin ningún tipo de impedimento, nosotros también podemos. Hay que adelantarse a ellos y publicar un periódico donde ambos quedemos como las víctimas. Ahora no habrá nadie en la sala de audiovisuales, es el momento perfecto.

-Joder Reese, si sigues así no voy a poder controlarme. -le digo con toda la sinceridad. Tengo una erección en los jodidos pantalones y cada vez que habla así solo empeora la situación. Es una maldita genia.

-Después de publicarlo hablaremos con mi padre y le enseñaremos la grabación donde Ariadna lo confiesa todo.

-Ven aquí. -digo volviéndola a agarrar de la cintura y pegándola contra mi para que comprenda lo que estoy sufriendo.

He pasado de estar enfado a caliente en menos de dos minutos por su culpa. No tiene ni idea de lo que puede hacer en mí.

-No hay tiempo para eso, vámonos antes de que acabe el baile. -dice cogiendo mi mano para salir por la puerta.-Te lo recompensaré más tarde.

Por suerte para mi, cuando llegamos a la sala de audiovisuales ya estoy mental y físicamente dispuesto para la venganza, aunque no pienso pasar esta por alto. Tendré mi propia venganza con ella más adelante, y esta vez sin ningún tipo de lista.

Mala influencia®  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora