Capítulo 38.

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EROS.

-Vuelve aquí.

Ignoro su voz y sigo caminando por el pasillo.

-Detente ahora mismo. -exige con seriedad y tono de amenaza.

Detengo mis pies y antes de darme la vuelta ella llega hasta a mi.

-No pienso ponerte en peligro, así que ya me estás dando eso. -dice levantando el brazo para intentar coger la foto regalada por el anónimo. Yo la levanto en el aire, alejándola de sus pequeñas manos. Es alta, pero no tanto como yo.

-¿Que ponía en la nota? Que si queríamos saber más, preguntáramos a papá. Bien. Eso es lo que voy a hacer. Todo este asunto me tiene hasta los cojones.

-Ah, ¿ósea que ahora vas a hacerle caso a el anónimo? ¡Qué bien! -dice saltando de nuevo, sin éxito.

-Reese, no seas testaruda, podemos enseñarle esto sin contar lo del despacho.

-No nos contará nada.

-Eso tú no lo sabes.

-Claro que lo sé, es mi padre.

-¿El mismo que llevaba una pistola en la cinturilla del pantalón? -pregunto retóricamente. Sé que no está bien sacar esto en momentos así, pero hay cosas que no sabemos de Bruce, y esta sin duda es una de ellas.

-Eres un imbécil. -contesta enfadada mientras intenta agarrar la fotografía otra vez.

Ambos nos miramos desafiantes, con los ojos entrecerrados y una de mis manos aún levantada en el aire, sujetando la fotografía arrancada con los dos desconocidos. Sí, nuestra relación habrá avanzado más que nunca en tan solo un par de días, pero hay cosas que nunca cambian.

¿Por qué mierdas tiene que ser tan cabezota? Con tan solo enseñarle la nota del anónimo a Bruce junto a la foto ya es suficiente para conseguir otra pista sin necesidad de destapar nada. Sé que solo quiere protegerme, pero esta vez no tiene razón.

-¿Qué es lo que pasa? -pregunta la voz de Bruce a mis espaldas. Ni si quiera lo he oído llegar.

En mi cabeza hay dos opciones. Contárselo sabiendo que Reese se enfadará, o no decirle nada y contentar a Reese. Y aunque me gustaría tener a Reese contenta a pesar de todo, elijo la primera opción.

Reese me mira con furia cuando ve que no escondo la foto, y Bruce mira el pequeño papel confundido.

-¿Qué es eso? -pregunta acercándose.

-Hemos pensado que quizás tú podrías decírnoslo. -contesto antes de tendérselo.

Reese pasa la mano por su cara, frustrada. Seguro que está pensando que soy un estúpido y que no debería tentarle a la suerte, pero ya es tarde.

Bruce parece quedarse pálido al fijar su vista en la foto. Traga saliva y su mano comienza a temblar ligeramente.

-¿De donde habéis sacado esto? -su voz también tiembla. Está asustado. Jamás había visto a Bruce Russell tan asustado. Ni cuando Reese se cayó de las escaleras y se golpeó en la cabeza.

-Estaba junto a esta nota. -dice Reese enseñándole la nota del anónimo a Bruce con el ceño fruncido. Después me mira con algo de confusión. Parece que está igual de asombrada que yo al ver así de afectado a su padre. - ¿Quiénes son?

Bruce sigue metido de lleno en la fotografía, sin a penas mirarnos. Sus ojos van de izquierda a derecha y viceversa sin parar.

-No... -murmura.- No puede ser. -dice comenzando a caminar por el pasillo.

Mala influencia®  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora