—¿Y así nada más?
—No iba a funcionar de todas maneras.
—Eres tan... ¡egoísta! ¿Y qué pasará con ella?
—Te la quedarás. Yo no puedo mantenerla.
—¡¿Cómo?! ¿Me dejarás y así de fácil te deshaces de tus responsabilidades?
—Lo siento, Steve, pero yo tengo una vida y un perfil que mantener.
—Un perfil que mantener... ¡¿Un perfil que mantener?! ¡Es tu hija!
—Y tuya también. No lo haré, Rogers. —La chica rubia tomó sus maletas y se dirigió a la salida.
—Pero no puedo cuidarla, no sé cómo hacerlo...
—Hay libros e Internet.
—¿Cómo puedes ser así? No te he hecho nada como para merecer esto.
—Ya te dije que no puedo seguir contigo. Me mudaré y además...
—¿Qué?
—Un chico me invitó a salir y-...
—Ah, lo entiendo... Me dejas a mí y a Cassidy por otro idiota al que también le harás lo mismo.
—¿Y qué creías? ¿Que íbamos a ser una familia feliz? Estás muy equivocado. —A Steve lo entristeció mucho eso. Quería a su hija pero no quería que creciera sin su madre, pero si ella no quería criarla, prefería que se fuera. No quería que creciera con alguien que no la amara.
—Vete. No quiero verte, eres una puta irresponsable.
—Ja, ni siquiera necesito que me lo digas. Que te vaya bien con Cassidy.
Ella salió de la casa y dejó al muchacho de 25 años y a la bebé de seis meses solos. Luego, la bebé empezó a llorar por el ruido y Steve se preocupó.
—Ya, tranquila, mi amor... —La tomó en sus brazos y la arrulló.— Papá está aquí... Papá está aquí...
El rubio la miró y se entristeció. Él sí amaba a su pequeña, pero temía no poder darle un buen futuro. Se sentó en el suelo y lloró. Estaba enfurecido. Tomó su celular y llamó a su madre.—¿Hola?
—¿Mamá?
—Stevie, ¿cómo estás?
—Mal, mamá...
—¿Qué pasa?
—Pues, Sharon se fue y se deshizo de mí y de Cassie.
—Cariño...
—Ma... —Steve lloraba en el teléfono y Sarah se preocupó.— No sé qué hacer...
—¿Quieres que vaya contigo?
—¿No estás ocupada?
—No, mi amor. Dame unos minutos y estaré ahí, ¿sí? No te preocupes.
—De acuerdo.
Steve secó sus lágrimas y miró a su bebé. En verdad la amaba, era su padre, no podía entender cómo ella pudo ser tan insensible con su propia hija, dejándola abandonada junto con su pareja. La pequeña sonrió y Steve tocó su mejilla con uno de sus dedos. Cassie tomó el dedo índice del mayor con fuerza y Steve rió con unas pocas lágrimas en sus mejillas.
—Te amo. Yo jamás voy a dejarte sola, y eso te lo puedo asegurar, mi pequeña.
Después de unos minutos, sonó el timbre. Steve puso a Cassie en su cuna con cuidado y fue a ver quién era.
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Leannán.
Short StoryLeannán. { Irish } m. Lover. Steve es un padre soltero y amoroso que se hizo cargo él solo de su hija, Cassidy Rogers, cuando su novia y él se separaron al momento de que ella nació. No ha tenido ningún problema mayor a la hora de cuidarla y darle...