Capítulo 23

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[Once años]

Bucky y Steve poco a poco planeaban su boda. Ya tenían ideado el lugar, los invitados y muy pronto los trajes, la comida y decoración.

Hoy, después de trabajar y atender a la pequeña Cassie, ambos se encontraban acurrucados en sus cobijas y pijamas sobre el sofá, viendo una película. Bucky tenía sus manos afuera de la cobija y Steve las miró. Tomó la que tenía el anillo y la besó.

—¿Qué pasa, Stevie?

—Nada... Solo amo ver tu mano con este anillo. Me recuerda que tú eres mío.

—Ay... —Bucky rió levemente.— ¿Verdad que está lindo?

—Te luce, mi amor... Más si otra mano hace juego con la tuya. —Dijo entrelazando la suya que tenía el anillo con la de Bucky.

—Tienes toda la razón. —Bucky lo miró para luego besarlo.

—¿Mañana me acompañas por las notas de Cassie?

—Sí, cariño. —Steve no soltó su mano y se recostó en su hombro.

—Te amo, Bucky... Muchísimo.

—Yo también, mi amor. ¿Quieres que te acurruque?

—Shi... —Dijo consentido.

Steve se metió entre las cobijas se recostó sobre el pecho de Bucky. Escuchaba sus latidos y no podría describir la comodidad que sentía en ese momento.

—Buenas noches, Stevie... —Dijo acariciando y besando su cabeza.

—Buenas noches, Buck.

(Al día siguiente)

Cassie jugaba con su mejor amigo Peter en el recreo. Nunca se llevó muy bien con las niñas, así que el pequeño Peter resultó ser quien la pequeña más apreciaba y quería.

—¡Pete! ¡Quiero llegar más alto! ¿Qué acaso no tienes fuerza? —Gritó Cassidy columpiándose.

—¡Claro que tengo fuerza! ¡Mira! —Peter la empujó más fuerte y ella gritó y rió.

—¡Peter! ¡Así está bien! —Ella sentía vacíos en su estómago y eso la hacía reír. Después de unos minutos, timbraron.

—¡Vamos, Cass!

—¡Ayúdame a frenar! —Parker la ayudó a bajar.

—Espera, me pondré los zapatos.

—¿Me adelanto?

—Sí, ve. —Ella iba a caminar a su clase, pero unos niños se le acercaron.

—Cassidy.

—¿Ustedes otra vez? Déjenme en paz.

—Al parecer, te conseguiste una mamá.

—¿U otro papá?

—Jódanse.

—¿Cómo? No nos hables así, le diré a Ms. West.

—Dile a quien quieras.

—¿Qué? Nosotros no tenemos la culpa de que tu papá sea marica.

—¡Dejen de insultar a mi padre! Él es mucho más hombre que todos los de ustedes juntos.

—Por lo menos, al mío no le gustan los hombres. ¡Ew!

—¡Eso no tiene nada de malo!

—Oh... Entonces, ¿a ti te gustan las chicas, Cassidy?

—¡No!

Leannán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora