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Escuché ruido fuera de casa, en la ventana, pequeños frutos del árbol golpeaban el vidrio.

Miré el reloj, eran las 7 de la mañana. Escuché que seguían insistiendo en la ventana. Me levanté para ver quién estaba molestándome así en un sábado.

Era Camila.

Comencé a abrir la ventana y otro fruto golpeó cerca de mi cara, de nuevo.

-Camila, ¿qué está pasando?-grité desde mi ventana.

-Dua- dejó caer los frutos en el jardín, y sonrió en mi dirección- he traído flores para ti-.

-Soy alérgica a las flores- le engañé mientras sonreía, sentí el sonrojo llegar a mis mejillas, y algo extraño pero lindo aumentó en mí al ver que ella igual se encontraba sonriendo.

No entendía que sucedía, tal vez sólo era la emoción al ver que Camila no me odiaba realmente o al menos se preocupaba por mí. No sabía el motivo por el que mi corazón estaba un poco agitado, pero se sentía bien.

-¿Alérgica a las flores? ¿Alérgica como a las disculpas con cariño?-.

-Aún más, tienen efecto inmediato-.

MWAH » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora