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-Dua, Dua, Dua-sentí como Camila brincaba en mi cama, llamándome desesperadamente, en su voz había emoción. Oh no.

Cubrí mi cara con las manos, pero ella continuó saltando.

-Dua, despierta, Dua, la hora de dormir ya terminó-.

Lentamente abrí los ojos para encontrarme a Camila casi encima de mí.

-¿Qué ocurre?-una sonrisa apareció entre sus labios y desordenó aún más mi cabello con sus manos. Miré el reloj, eran las 7 de la mañana, para ser un sábado estaba con cientos de maldiciones internas.

-Hoy ha comenzado a nevar y...-.

-¿Qué?-la empujé un poco para mirar hacia la ventana, tal vez tenía pocas horas que había comenzado a caer la nieve.

-Vamos a jugar afuera-.

-Estoy despertando, debemos esperar un poco, ¿hace cuánto tiempo inició?-.

-Me dijeron que en la madrugada inició, pero aquí adentro ya se comienza a sentir el frío, vamos abajo, tu mamá nos preparó galletas y chocolate con malvaviscos, no tardemos mucho o Rosie comerá todo-.

Me levanté y ella se quedó en la cama, tal vez esperaba a que le dijera algo más, iba a cambiarme pero noté que Camila aún seguía con su pijama, así que ambas estaríamos así desayunando.

-Vamos Cabello, es hora de desayunar-sujeté su mano y bajamos hacia la cocina, la nieve nos había emocionado, ahora no tenía idea de cómo había reaccionado Rosie.

MWAH » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora