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Terminé de colocarle la corona de papel a Camila mientras ella continuaba comiendo el emparedado que Rosie nos había preparado.

-¿Listo?-.

-Sí-.

-Ross, ¿cómo me veo?-.

Nuestra amiga la observó y sonrió.

-¿Esa corona es real?-.

-De papel real sí-respondí.

-Bien, entonces ya es hora de ir a ver a las estrellas-.

-No podemos ir ahora-.

-¿Por qué?-rápidamente miré en su dirección.

-Aún no he terminado mi comida-levantó el sándwich para que lo viera y asentí. Entre Rosie, Camila y yo terminamos por compartir la comida para terminar rápido.

Y minutos después, ya estábamos en el tejado de mi casa, admirando el cielo.

Rosie estaba recostada a mi lado, Camila jugaba con la cinta que tenía en mi ropa y yo miraba a las estrellas mientras pensaba en lo que podría estar pensando la chica de mi lado.

-¡Pidan un deseo!-

-¿En dónde está el genio de la lámpara?-busqué a mi alrededor.

-No, chicas, no hablo del genio, hablo de la estrella-.

-¿Cuál estrella?-.

-¿Yo?-Rosie se señaló así misma.

-¿Tú?-.

-No lo sé...Camila, si lo dices por mí, lo siento, yo no soy una estrella, puedo brillar pero no, no soy una estrella-.

-No, me refería a la estrella fugaz-.

-¿Cuál estrella fugaz?-regresé mi atención al cielo para buscar lo que Camila estaba diciendo.

-No veo ninguna estrella fugaz-.

-¡La estrella fugaz! ¡Miren!-Camila estaba emocionada señalando hacia el frente.

-¿Qué? ¿Dónde?-.

-Estaba en el horizonte-.

-No la veo-admití.

-Yo tampoco-siguió Rosie.

-Yo menos-respondió Camila.

Rosie y yo la miramos, ella quería comenzar a reír, era cierto, caímos en su broma de la estrella.

-Ya iba a pedir mi deseo-lo dije en voz baja, pensando en que nadie más lo había escuchado. Estaba equivocada.

-¿Cuál es?-.

-¿Cuál es tu deseo?-.

-No se puede decir-intenté mirar hacia otro lugar.

-Sí, sí se puede decir, Dua, ¿cuál es tu deseo?-mi amiga insistió.

-Adivinen...ya lo olvidé-.

-No, eso no, tú no tienes memoria de Dory-.

-¿Quiénes son ustedes?-continué jugando-¿en dónde estoy?-.

-Rosie, Rosie, Dua perdió la memoria, es mi momento-Camila aclaró su voz y me abrazó-...tranquila amor mío, te ayudaremos a recordar, ¿verdad Ross?-.

-Sí-.

-¿Quién eres?-le pregunté a Rosie con ese tono divertido.

-Rosie, la hermana de Camila-.

-Oh, ¿y tú quién eres?-cuestioné a la chica que no se apartaba de mí.

-Camila Cabello, tu futura novia-.

-Bésame-.

-Lo que tú pidas-.

Escuché que la risa de nuestra amiga se detuviera para pedirnos ayuda.

-Eh, chicas, siento interrumpir, ¡ayuda!-.

Miré hacia Rosie, ella estaba en el borde del tejado, intentando bajar por la escalera de madera.

Corrí hacia ella inmediatamente.

-Ross, ¿qué haces?-.

-Nada, sólo observo la maravillosa vista mientras espero que me salven-.

Junto a Camila, terminamos de ayudar a Rosie a subir de nuevo.

-Seguro que el suelo se movió y mi desesperación por bajar no ayudó mucho-.

-¿Por qué querías bajar?-.

-Porque tenía que ir a buscar mi cámara-.

-¿La foto es importante?-Camila preguntó más curiosa.

-Sí, o nadie más me creerá-.

-Oh, es verdad...luego te envio las fotos, buenas noches Rosie-Camila intentó bajar a nuestra amiga de nuevo por las escaleras.

-No me vas a besar, ¿o sí?-.

-No, después de Ross tú también vas a bajar conmigo-.

-¿Ya vamos a dormir?-.

-Sí, pero antes de dormir ¿nos podrías leer un cuento?-Camila me señaló con esa sonrisa linda que tenía y juntó sus manos-¿por favor?-.

-Dua, no puedes decirle "no" a Camila-.

Rosie tiene razón.

MWAH » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora