Capítulo 5

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No estaba del todo seguro del porque había dicho aquello frente a Nichollas, estaba más que claro que a él no le importaba en lo absoluto lo que pudiera sucederme, y aun así me encentro en su hogar y a sus cuidados, y no puedo evitar preguntarme: ¿Porque había decidido salvarme? ¿Qué hacía aquí, a mi lado, teniendo el libre albedrío de dejarme a mi merced en un hospital?

Aquel rostro de facciones afiladas y aristocráticas que desde mi entrada a Seller's Enterprise me observaban con desdén, ahora solo me observaban con pena, logrando volverme un manojo de terminaciones nerviosas en tan solo cuestión de segundos. Y no sé cómo sentirme al respecto.

—Ahora, ¿Qué deseas para comer? —Pregunta, sacándome de mis cavilaciones al momento que se levanta de la mullida superficie, ahora puedo notar que no viste formal, al contrario, lleva un simple pantalón de chándal que cae por sus caderas y una camiseta sin tirantes que deja a la vista parte de su tonificado cuerpo.

La idea de pasar mis manos por aquel cuerpo esculpido por los Dioses del olimpo es un pecado, es tentadora, es una maldita revolución de pensamientos y hormonas.

Un creciente rubor se apodero de mis facciones al darme cuenta de la intensidad con que Nick me observa, quien carraspea exasperado para llamar nuevamente mi atención. — ¿Y bien?

— ¿Q-Que? —Pregunto avergonzado, había perdido el hilo de la conversación desde hacía mucho, para ser exactos, me había perdido en aquellos ojos que no habían dejado de observarle.

—He dicho: ¿Qué deseas para comer? —Repite, como si le estuviera enseñando a un niño como se deben hacer las cosas, saboreando cada palabra pronunciada.

—Oh, N-nada, estoy bien de verdad, gracias —Respondo entre balbuceos rápidos.

¿Porque su presencia me pone tan nervioso?

—Vamos Carter, es Domingo y solo deseo estar acostado en mi cama, no aquí, cuidándote como si fuera un niñero, así que, ahorrémonos malos ratos y dime de una maldita vez que te traigo de comer. —Espeto Nick, al borde de sus cabales.

—D-de verdad señor Nichollas, E-estoy... bien, solo necesito unas horas para que el dolor de mi cuerpo disminuya, después pu-puedo irme a mi casa, prometo que no hare el más mínimo ruido para no molestarle. A-además, no es necesario —Intervengo al ver que está a punto de refutar—, he pasado varios días sin comer nada pues no tenía forma de comprar alimentos y, no ha pasado nada. —Digo, en medio de un susurro -más para mí mismo-, mientras me acomodo en la superficie blanda donde estaba acostado.

Nick inspira profundamente varias veces antes de tomar asiento nuevamente a mi lado, abre su boca varias veces pero la cierra de golpe al no pronunciar palabra alguna. Finalmente y con un suspiro de frustración, toma entre sus manos mi rostro, y me observa como si estuviera herido (Irónico en el estado que me encuentro), como si no encontrara las palabras adecuadas, como si fuera un animal indefenso.

—Mira Carter, el motivo por el cual necesitas comer, es porque tienes desnutrición en segundo grado, tal vez no lo notas pues estas acostumbrado a que tu cuerpo no reciba todos los suplementos necesarios para su buen funcionamiento, segundo, los medicamentos que te recetaron son algos fuertes, por ello tu organismo debe tener algo dentro para absorberlo con mayor facilidad y disminuir las molestias gástricas. Pero ya que no deseas cooperar con la causa, me veré en la "Obligación" —Dice, haciendo énfasis en obligación con sus manos— de prepararte lo que yo vea será conveniente.

No puedo –quiero- refutar ante aquello, no podría de igual manera, me siento tan aletargado, tan perdido que apenas puedo lidiar con ello. Además él está dejando a un lado su superioridad para tratarme como a un ser humano, así que, con un leve asentimiento y sin mediar palabra permito que salga de la habitación y, tratando de esperar sumisamente a que Nick trajera la cena me quedo dormido.

Esclavo De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora