—Señor Da silva, hemos llegado —Asegura el chofer, quien se acerca a abrirme la puerta del auto.
La recepción es un jodido caos, todos corren de un lado a otro mientras ven como recorro la estancia en pocos pasos; subo a mi elevador personal, no soportaría estar rodeado de empleados mientras piso a piso el elevador se detiene para dejar y recibir gente, tomo el teléfono instalado en la pared lateral y me comunico con mi nueva e inepta secretaria.
—Señor Seller...
—Quiero a todos los accionistas en la sala de juntas dentro de diez minutos, contacta a McNearly, necesito que nos reunamos hoy para la compra de sus acciones, cancela todas mis citas y espero que mi café esté listo —Espero haya captado, cuelgo el teléfono en el momento que el elevador abre sus puertas y yo salgo por ellas.
Recorro el gran pasillo directo hacia mi oficina, el escote prominente de mi nueva secretaria logra llamar un poco mi atención, no estaría nada mal si tan solo me gustaran las mujeres.
—Señor Da silva, su padre está en su despacho —No puede ser. Me detengo y volteo para verla directo a los ojos.
— ¿Porque no me lo avisaste? —Pregunto sin titubear, no me importa sonar demasiado duro.
—S-supuse que ya lo sabía.
— ¿Supusiste? Grave error. Cancélalo todo antes de irte. Estas despedida —Su rostro palidece y agacha la mirada. Giro sobre mis talones y me encamino a mi despacho a pasos lentos. Cierro la puerta a mis espaldas una vez dentro.
Ahí está él, sentado en mí escritorio mientras observa la ciudad por los grandes ventanales con una taza de café en sus manos, no puedo dejar de pensar en que lo trae por acá, no he cometido errores últimamente. No tantos al menos.
Mi padre siente mi presencia y voltea a verme, su porte de mandatario dista mucho de ser acorde a su cara de facciones suaves, su traje gris resalta con el tono de su piel y su mirada cálida solo advierte una cosa: problemas.
— ¿Cómo has estado, hijo? —Dice, incorporándose de su asiento y acercándose para abrazarme.
—Bien —correspondo a su muestra de cariño—, ¿y tú?
—Excelente viendo como todo está en orden, me preocupaba saber que las acciones estaban mermando. —Le doy una débil sonrisa, así que esto era, necesitaba saber que su dinero sigue llenando sus cuentas bancarias.
—No tienes por qué preocuparte papa, todo está en completo orden por aquí —Me acerco a mi escritorio y tomo asiento en el, invitándolo a que se siente frente a mí, mientras yo empiezo a dar vueltas en mi cómoda silla.
—Y a tu vida ¿Ya le has puesto orden? —¿A qué venia esto? ¿Qué tiene que ver mi vida personal con las responsabilidades de un empresario?
—No sé de qué hablas padre —Trato de mostrarme indiferente.
— ¿Es en serio? Llevas una vida informal desde tu compromiso con Douglas —Me observa fijamente a los ojos—, deberías ser como tu hermano, tiene una esposa a la que ama, un hijo que le respeta. Mientras tú andas de cama en cama, acostándote con cualquiera que se aparezca frente a tus ojos —sonrío mientras asiento, pero no es una sonrisa de felicidad u orgullo, es una sonrisa triste, el único hombre que ha logrado sacarme de quicio es mi padre, él no logra entenderlo.
Siempre es lo mismo, cada que nos vemos solo se empeña en mostrar a mi hermano el perfecto, "Christopher tiene esposa" "Christopher gano un caso" "Christopher tiene sífilis" "Deberías ser más como Christopher" a estas alturas ya debería estar acostumbrado, pero ¿Cómo te acostumbras a que la persona que debe estar orgulloso de ti se empeña en mostrar lo peor de ti?
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Esclavo De Ti
Teen Fiction"Aveces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante" -Oscar Wilde Tan atractivo, Tan alto, Tan reconocido, Tan vacío, Tan arrogante, Tan falso, Tan él. ~▪~ ¡Tenemos nueva portada! Hec...