Montar en avión nunca había sido para mí algo de suma importancia.
Admito que, el hecho de estar en el aire es sumamente atrayente, pero siempre lo vi como algo para las personas que tienen los recursos para ello, yo, por mi parte, me conformé con saber que volar, -al menos para personas como yo-, es cerrar los ojos e imaginarnos en ese lugar que siempre hemos soñado conocer.
Por eso, cuando las puertas del avión de Grupo Seller's se cerraron y el avión abandonó tierra firme, mis miedos, inseguridades y mi estómago, se quedaron allá abajo, no pude sentirme más allá de lo emocionado, no pude evitar compararme con un pequeño niño al que su madre –o en este caso su novio- le ha comprado el regalo que tanto anhelaba para su cumpleaños.
Andrew y Agatha también viajan con nosotros, la diferencia es que ellos se encuentran en la parte delantera del avión mientras que nosotros estamos en la trasera, justo en la pequeña Suite que hace parte del avión.
—Carter, podrías, ya sabes... Dejar mi computadora y disfrutar del viaje ¿Por favor? —La voz del Magnate llena mis oídos y miro a hurtadillas hacia él, solo para encontrarme su gesto severo.
Despego a mirada de las teclas de su computadora, la cual, se encuentra en mis piernas y le sonrío el hombre frente a mí. —Te recuerdo que vine a trabajar, eres mi jefe, yo soy tu empleado, ¿Podríamos mantenernos en ese margen al menos hasta que termines tus asuntos en Glasgow?
Sus ojos centellean con indignación, y me mira con mala cara.
Entonces, una de sus manos agarra la computadora, la cierra y la arroja al otro extremo de la cama. Yo gruño fastidiado y ruedo los ojos al cielo mientras me incorporo y trato de tomar nuevamente el portátil, él, por su parte, no hace más que acercarse hasta mí, levantarme en sus brazos y acostarse donde yo lo estaba anteriormente, y acomodándome a mi entre sus piernas.
Observo a Nick sobre mi hombro y él suaviza el gesto, mientras yo trato y me esfuerzo en poner cara seria, la sombra de una sonrisa aparece en sus labios.
—No soy tu jefe.
—Si lo eres, al menos ahora.
—Que no.
—Que sí, terco.
—Que no, niño.
Gruño, fastidiado. — ¿Enserio estamos teniendo esta conversación?
—Y no va a terminar hasta que lo aceptes —elevo una ceja—. Dilo: No soy tu jefe.
—Nick...
—Carter. Dilo —reprende, con voz severa y me aprieta otro poco contra sí.
Maldita sea.
—No eres mi jefe. —susurro, finalmente derrotado.
—Quello é il mio ragazzo.
Estoy a punto de girarme hacia él cuando sus brazos se ciernen otro poco a mí alrededor. Estoy atrapado entre sus brazos y su pecho, apoyo mi cabeza en su hombro y me besa el cabello reiteradas veces.
Poco a poco empiezo a sentir mi cuerpo más y más lánguido y eso, combinado al aroma a suavizante, la masculinidad que expira Nick y el olor de su colonia logran llevarme al punto de no retorno, entonces, cierro por completo mis ojos.
—Carter... Carter... llegamos.
La voz de Nichollas me saca de la bruma que me envuelve, abro un poquito mis ojos y lo veo a través de mis pestañas, sus labios se siguen moviendo, pero no soy capaz de conectar mis oídos a mis otras extremidades.

ESTÁS LEYENDO
Esclavo De Ti
Ficção Adolescente"Aveces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante" -Oscar Wilde Tan atractivo, Tan alto, Tan reconocido, Tan vacío, Tan arrogante, Tan falso, Tan él. ~▪~ ¡Tenemos nueva portada! Hec...