Capítulo 37

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**Les aconsejo leer el capitulo anterior para ponerse mas o menos al día con la actualización.**


La brisa de aire helado que me recorre, no es más que un indicio del frio que se aproxima, me eriza la piel y, más sin embargo, no siento frio.

No hago más que sentir mis músculos entumecidos y agarrotados, la satisfacción de respirar el aire que me llena el pecho y me da una sensación de tranquilidad que hace mucho necesitaba, que recién ahora puedo rozar...

Son las tres de la madrugada, y somos dos chicos sentados en la parte trasera de una camioneta bebiendo unas cervezas como si el mundo no existiera, como si el tiempo simplemente se hubiese detenido y nos haya dado la oportunidad de compartirlo juntos.

—Voy a irme.

Suelto de repente, sin girar a verlo, con mi vista en las nubes.

— ¿Qué?

—Voy a irme —repito.

— ¿Dónde?

Puedo sentir su cuerpo girarse en mi dirección, y su mirada escanearme para ver si digo la verdad.

La respuesta tarda varios segundos en llegar, y cuando lo hace, el mundo ralentiza su marcha.

—New York —digo, y de repente un vacío se instala en a boca de mi estómago. —Tengo esta... maravillosa oportunidad de trabajo, de empezar de cero, de sanar... y aun así no estoy cien por cierto seguro de querer irme. No sé si realmente merezca o valga el gasto que están haciendo al darme algo de lo que no sé si seré capaz de afrontar, algo que no sé si soy lo que están buscando —me empiezo a desahogar, Andrew no dice nada, no hace más que prestar atención a las palabras que salen de mi boca.

»Pero... por una vez, por una maldita vez las cosas están alineándose a mi favor Andrew —giro a verlo—, me llamaron de Suecia, aceptaron a mi mamá en un centro médico psiquiátrico donde había postulado hace mucho tiempo... ¿Sabes lo afortunado que soy de haber sido aceptado? —mi voz se inestabiliza, pero por primera vez no siento ganas de llorar—, era lo único a lo que me aferraba aquí, la preocupación de no querer dejar a mi mamá para irme a un país desconocido, pero ahora que podré darle un tratamiento de calidad, que no tendré que preocuparme por llegar a fin de mes pensando en que nos hará falta ¿Qué me impide irme?, ya no tengo ataduras aquí, no tengo a quien rendirle cuentas, no tengo que seguir viviendo en la sombra de quien quise ser, y finalmente es el momento de mi vida donde tengo que decidir entre destruirme o construirme.

Los brazos del hombre a mi lado se ciernen a mí alrededor y me abrigan, terminan de convencerme de que realmente merezco esta oportunidad.

—Definitivamente lo mereces. —Susurra en mi oído—. Te mereces todo lo bueno que se te ha negado, y quiero todo eso para ti, que seas libre de dolor, de mentiras y engaños, que te rodees de personas que te impulsen, y te llenen de amor, que no te consuman, que te hagan sentir que eres grande y que puedes con todo.

—Eres la única persona que lo sabe —me sincero—, tú Matt y Omar.

—Matt es ese chico que bailaba contigo —asiento en respuesta—, y Omar era tu jefe. —vuelvo a asentir.

—Muchas gracias por la confianza.

—Me encantaría también haberlo podido compartir con Nichollas —digo, y una sensación de desolación se apodera de mi pecho—, me hubiese gustado, ya sabes... haber podido hablar con él, pedirle disculpas por todo el daño que cause y también para agradecerle... pero no creo que eso sea posible.

Esclavo De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora