Han pasado cuatro días desde la última vez que vi a Nichollas Da silva.
Cuatro fatídicos días en los que las noches se han convertido en mis peores pesadillas y, en que los días soy el objeto de burlas e insultos por parte de las personas que me reconocen en la calle o en mi trabajo.
A la mañana siguiente de nuestro encuentro, me presenté en Joe & Gael Arms, decir que se me caía la cara de la vergüenza por el hecho de llegar como si nada después de haberme desaparecido por alrededor de tres semanas, es quedarnos cortos, lo único que esperaba era que me echaran a patadas a la calle, pues es, como poco, lo único que merezco.
El hecho de que me hayan recibido con los brazos abiertos no solo me sorprendió de sobremanera, sino que también incremento un poco más el sentimiento de culpa que he venido cargando conmigo, todos ellos se mostraron felices por mi regreso y, a pesar de saber lo que salió en todo Londres acerca de mí, no cambio en nada su trato hacia mí.
Me reincorporé al grupo de trabajo como mesero, pero, mis jefes al darse cuenta de que mucha gente se dio la libertad de insultarme, querer tratarme a su antojo solo por lo que han escuchado acerca de mí, decidieron trasladarme al área de cocina. Traté de decir que estaba bien, que no me afectaban los comentarios, porque lo que se habla no es cierto y al fin y al cabo han hecho parte de mi día a día desde hace mucho, pero ellos insistieron y no pude llevarles la contraria.
Debo admitir que pude respirar con tranquilidad, pero no dejo de pensar una y otra vez que mi sueldo va a bajar, y que ahora no voy a tener el ingreso adicional que son las propinas... aunque en estos días no haya recibido ninguna.
Entre el trabajo y las habladurías de Matthew he podido tener mi mente ocupada en otras cosas, pero una vez termina mi jornada, llego a casa y el silencio del lugar donde vivo no hace sino gritarme una y otra vez todo lo que he perdido, todo lo que me he dejado quitar.
Las noches han sido eternas, no puedo pegar el ojo por más que lo intente, porque cuando lo hago las pesadillas vuelven, se presentan ante mi como el hombre que amo, repitiéndome una vez más que me quiere fuera de su vida, que se arrepiente de todo lo que pasamos y que me desea la muerte.
Las ansias de inyectarme heroína están aquí, presentes y punzantes en todo momento, saliendo a la luz en forma de ansiedad, comezón y dolor y, a pesar de que ayer en un momento de debilidad fui al lugar donde acostumbré a comprarla, no lo hice.
No me deje caer una vez más en ese oscuro agujero.
No porque no quisiese, porque en realidad estuve a pocos segundos de recibirla, sino, porque Nichollas fue el responsable de que dejara de hacerlo y, a pesar de que le fallé una y otra vez, no quiero hacerlo una vez más.
Hoy, en mi horario de almuerzo tomé la valentía de comunicarme con Seller's Enterprise, según tengo entendido, quien una vez más se está haciendo cargo de la empresa es el señor Alessandro y siento la necesidad de hablar con él y pedirle una disculpa.
La tarea de comunicarme fue algo complicada, dado que supongo que la familia no quiere saber absolutamente nada de mí, no esperaba menos después de todo el caos que causé.
Pero finalmente, después de rogar una y otra vez para agendar una cita de carácter urgente con uno de los hombres más ricos de Reino Unido. Lo conseguí. Para el final de la tarde.
~*~
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de todo lo que ha pasado? —Matt me saca de mis pensamientos al tiempo que deposita una pila de platos sucios frente a mi.
Niego con mi cabeza y empiezo a estregar los platos. —Éste es el único lugar donde puedo dejar de pensar una y otra vez en todo esto... así que no me quites la tranquilidad ¿sí?
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Esclavo De Ti
Teen Fiction"Aveces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante" -Oscar Wilde Tan atractivo, Tan alto, Tan reconocido, Tan vacío, Tan arrogante, Tan falso, Tan él. ~▪~ ¡Tenemos nueva portada! Hec...