(LGBT+) Giordano se ha vuelto un adulto. El viaje en carretera con Romeo y Julian fue su último verano como un niño despreocupado. Después de eso le siguieron dos años enteros de trabajo, escuela y el estrepitoso cambio luego de que su madre volvier...
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Los ojos de Marion se abrieron con sorpresa ¿Qué locuras estaba diciendo ese chico? ¿Acaso se había golpeado la cabeza cuando se despertó esa mañana? Quizás su madre lo dejó caer de bebé, eso explicaría muchas anormalidades con su comportamiento y su apariencia.
—¡Vamos Marion! ¡Anda! ¡Yo sé que tú quieres venir conmigo! —exclamó hincado a un lado suyo, mientras se les abrazaba a las piernas de manera dramática.
—Diosito te va a castigar por andar queriendo separar parejas —le dijo de mala gana. ¿A quién se ocurría semejante tontería? El cínico, además de todo, esperaba que él le ayudara con semejante insensatez.
—¡Vamos! ¡Será divertido! —agregó, sacudiéndole con toda la fuerza de sus brazos. Marion casi pierde el equilibrio, aun estando quieto en su sitio era demasiado pedir que se mantuviera en erguido cuando semejante mastodonte le zangoloteaba.
—¡Nada de divertido! —exclamó, empujándole la cabeza para lanzarle lejos, sin embargo, Gio tiró de él, obligándole a arrodillarse a su lado
—Pagaré todos los gastos del viaje, todo, incluso los souvenirs si quieres comprar algo —Le pidió mirándole a los ojos—. El amor de mi vida está a punto de casarse y necesito detener esa boda y confesar mis sentimientos.
—¿De qué rayos estás hablando? ¿El amor de tu vida? —exclamó sorprendido.
—Así es, es el amor de mi vida, no hay nadie en el mundo que pueda reemplazarle, pero él se va a casar con otra persona y me ha invitado —Lanzando su cabello hacia atrás y adoptando una expresión de seriedad muy poco seria, lo miró a los ojos—. Sin embargo, yo estoy dispuesto a luchar antes de hundirme —aseguró.
Por un segundo los dos se quedaron en silencio, como si lucharan a través del mismo. Los segundos se prolongaron hasta que Marion bajó la vista, aclarándose la garganta, para después alzar el rostro con una mueca decidida.
—Mira Dano, yo sé que no conoces todas las letras del alfabeto, mucho menos, todas las palabras que existen en el mundo, así que hoy te voy a enseñar una nueva ¿Estás de acuerdo? —Gio abrió la boca para decir algo, pero Marion le interrumpió—. Autoestima ¿Sabes lo que significa? ¡Pues te lo voy a contar! Significa que, si el tipo que crees que es el amor de tu vida, te deja para casarse con otro, tu no detienes su boda. Te comportas como un buen perdedor y te retiras del camino —gruñó, empujándole, para después incorporarse.
—Los perdedores nunca nos rendimos —exclamo levantando un puño al aire.
—Vamos Dano, se realista —le reprendió cruzándose de brazos.
—Marion —dijo con seriedad, levantándose también del suelo—. Voy a ir contigo o sin ti, ya le he avisado a mi madre que me marcho a California mañana en la mañana. Si no quieres venir conmigo, está bien, no voy a obligarte —aseguró, luego se dio la vuelta y se metió en el cuarto, dando una salida muy dramática.
