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A la mañana siguiente Marion despertó con dolor de cabeza y la sensación de no haber dormido en toda la noche. Cuando trató de ducharse se golpeó con uno de los tubos de ropa, pero consiguió sobrevivir hasta que sus sentidos se despertaron por completo.

Una vez que estuvo alerta, corrió a despertar a Giordano y encargarse de que se apresurara para la boda. Por fin era el gran día y habiendo llegado con anticipación, sería una vergüenza aparecer tarde a la fiesta.

Giordano, a pesar del cansancio, consiguió ordenar el desastre viviente que era y estar listo antes de la hora, de modo que, por culpa de la atareada mañana no pudieron hablar del extraño ambiente tenso que hubo el día anterior. Gio aún quería preguntarle porqué había bebido a pesar de que sabía que no era bueno para ello, sin embargo, no pensaba que fuese el momento correcto para hablar de sus cosas, así que lo dejó pasar.

Cuando llegaron al pequeño registro civil, cuyos adornos eran iguales a los de una iglesia,  la gente ya estaba presenciando el evento con celulares en mano y expresiones ilusionadas.

Marion sonrió.

Lo primero que vio fue la espalda de su padre, quien sostenía a Sandra de la mano, los dos vestidos a juego sin darse cuenta. Eran lindos, aunque no quisiera admitirlo del todo.

Tratando de llevar buena cara, lanzando del cansancio al fondo de su mente, se apresuró a saludar a la pareja, quienes parecían de un humor extraño esa mañana. De nuevo Marion se dio cuenta que algo estaba pasando, pero prefirió mantenerse al margen del asunto, pues no era ni el momento ni el lugar, tampoco su asunto.

—¿Ya comenzó la ceremonia? —preguntó, levantando la cabeza para ver en la multitud. Era sorprendente, pero entre los invitados había un par que podía colocarse delante de él y cubrirle la vista por completo.

—Está a punto de... —dijo Sandra en voz baja, mientras observaba a los futuros esposos—. No me lo puedo creer que vayan a casarse —agregó, abriendo los ojos con curiosidad ante la pareja.

Ella los vio desde pequeños, eran buenos amigos, parecían congeniar tanto cómo el resto de su familia no se soportaba. Eran un par de niñitos muy lindos, sin embargo, ahora se veían tan maduros.

Cuando volvió a verlos, dos años atrás, ellos seguían llevándose bien, aunque había intuido que no se frecuentaban tanto como antes. Probablemente estaban retomando la amistad después de mucho tiempo, sin embargo, desde que Giordano comenzó a tener contacto constante con ellos sabía un poco más de su vida.

Recordaba con claridad que la noche en que su hijo le dijo que ellos dos eran novios, casi se atraganta con la comida por culpa de la sorpresa. Ella siempre escuchaba "Romeo y Julian, Romeo y Julian" pero un comentario al azar de Giordano rebeló la verdad oculta. Claro, tampoco es que ellos se escondieran, sólo era que ella no era lo suficientemente perceptiva en lo que respectaba a esos dos cómo para hacer un juicio acertado.

El camino de Giordano (LCDVR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora