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No


A Romeo no le agradaba Alan McMiller. El tipo era un importante productor del mundo de la música, había trabajado con él cuando la orquesta hizo una colaboración especial con un cantante pop del momento a quien le había dado por demostrar su influencia al tenerlos de acompañamiento. El tipo cantaba horrible, pero la pista quedó de muerte y él casi muere cuando dichoso Alan lo acosó descaradamente frente a todos.

Por suerte Romeo era mayor, tenía carácter y una carrera que, aunque se trataba de música, tenía otro tipo de perros grandes manejándola, de modo que Alan decidió dejar sus manos para sí mismo a partir de ese momento.

Claro, eso no impidió que durante la fiesta de estreno del video musical hubiese visto a Julian entre la gente, tampoco lo detuvo de tratar de impresionarlo con dinero, haciendo absurdas demostraciones de su poder, tratando de llevarlo a un palco u ofreciéndole un contacto con un buen representante de modelos.

El hombre era puro alarde y parloteo, cosa que a Julian le aburría muchísimo así que se encargó de bajarle los humos de inmediato. Al tipo le gustó su carácter y cada vez que estaba en Londres lo acosaba con mensajes o llamadas.

Ahora de alguna manera consiguió que alguno de los invitados lo llevara como acompañante a la boda.

—Tengo ganas de tomar su ridículo copete y arrancarlo con mis dedos —comentó Julian observando al tipo pulular en busca de una víctima. Sus instintos asesinos salieron cuando lo vio interactuar con Giordano, pero el hombre escapó a tiempo del lugar.

—Tiene suerte de que ni Sandra ni su marido estaban cerca, porque ahí sí que iba a enterarse de lo que es bueno —comentó Romeo, tratando de encontrar una excusa para echarlo lejos de su fiesta.

—¿De quién están hablando? —Julio apareció detrás de la pareja, con un vaso de vodka en una mano y sosteniendo en un abrazo a su marido con la otra.

—Díganme para que le pegue —agregó, Tom, quien parecía bastante cómodo abrazado de la cintura de su marido.

—Ese tipo de ahí —señaló Julian con un ligero movimiento de cabeza. Julio soltó un resoplido, Tom gruñó.

—¿El de la chaqueta de cuero negra? —pregunto este último, arrugando la nariz—. Estaba sentado en la mesa de al lado y cuando pasé para dejar el regalo me tocó el culo —comentó con indignación en su voz.

Romeo y Julian se voltearon para mirarlo con los ojos muy abiertos.

—¿Es en serio? —preguntó Romeo.

—Sip, no quería armar escándalo, así que no le dije nada —explicó con una sonrisa en el rostro—. Pero igual fingí que me tropezaba y le di un golpe con el bastón —agregó con mucho orgullo.

—Y yo lo golpee con cacahuates toda la fiesta —agregó Julio—. Dejó de prestarme atención cuando vio a la zanahoria en el escenario, así que le lancé un pedazo de papel lleno de merengue.

—¿Así desperdicias siempre la comida? —preguntó Julian con una mueca divertida en el rostro.

—Más o menos —respondió Julio—. Ahora, creo que es mejor que nos alejemos de las formalidades y lo echemos antes de que siga incomodando a los invi...—su ceño se frunció, mirando de un lado a otro.

Sólo un momento de distracción y el tipo ya se había ido.




Marion estaba tratando de decidir si salvar a Giordano de las garras de su padre era buena idea. Se notaba incómodo, pero si hubiese querido ya lo habría mandado al cuerno él solo, así que quizás intervenir sería una impertinencia. Él había estado hablando con los chicos un largo rato, pero de repente y sin darse cuenta de cómo, se había quedado sólo en la mesa.

El camino de Giordano (LCDVR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora