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Giordano era un desastre preparando maletas, llenaba su equipaje con cosas innecesarias, pero cuando le preguntabas por lo básico, no tenía idea de donde había quedado todo. Por eso mismo, Marion pospuso su cena, para ayudarle a organizarse. Cada vez que tomaba una prenda, la doblaba, la metía y regañaba a Giordano por haber metido algo de más, se sentía como una mamá preocupada por su bebé y eso no le gustaba, pero tampoco podía evitar comportarse de esa manera teniendo en cuenta la situación.

—Dano, tienes que aprender a fijarte en lo que guardas, un cepillo de dientes te hace falta todo el tiempo y ese masajeador de pies no —explicó, mostrándole los dos objetos, mientras fruncía el ceño, un poco cansado de la situación.

—Hombre, tienes que ser más práctico, si no llevo cepillo de dientes, puedo comprar uno en la terminal, pero ¿Puedo comprar un masajeador de pies ahí? ¡Claro que no! —exclamó levantando las manos al cielo, divirtiéndose a costa del carácter rígido de Marion.

—Pero tienes ahí un cepillo de dientes ¿Qué te cuesta meterlo en la mochila? Además, con lo bruto que eres, ese masajeador va a terminar hecho mierda —se quejó haciendo una mueca—. De todas formas, no sé porque estoy discutiendo esto contigo, ese masajeador es de Sandra y va a matarte si le pasa algo —explicó en tono preocupado.

—Ya mamá, lo dejaré afuera —canturreó, sacando el aparato y levantándose del suelo—. ¿Qué hiciste de cenar hoy? Tengo hambre —preguntó relamiéndose los labios.

—Ñoquis integrales de calabaza —respondió con un suspiro.

Si, en definitiva, era como su madre.

Un poco abrumado por la situación, se levantó del suelo, sacudiéndose los pantalones, mientras carraspeaba y murmuraba frases de hastió.

—Joseph me las va a pagar por esto —gruñó—. No debí haberle hecho caso.

—¿Hacerle caso de que? —preguntó Giordano. Su sonrisa no vaciló ni un segundo, Joseph tampoco era muy fan de Gio, pero a este no le importaba en lo absoluto.

—De nada Dano, vamos a comernos esos estúpidos ñoquis.




Luego de la comida, a Marion se le vino encima una tarde llena de ansiedad. No podía dejar de pensar en aquella persona que se encontraba volviendo a Giordano tan loco como para interrumpir una boda. Es decir, por sí solo, Giordano era una bestia, pero tenía sus propios valores bien cimentados, el no trataría de separar a una pareja en serio.

Sin poder evitarlo, tomó su celular y comenzó a revisar la cuenta de Instagram de su amigo, con la esperanza de encontrar —o de no encontrar— algo que le diera una pista de quien era el misterioso muchacho. Porque sí, según había entendido, era un hombre.

Un profundo suspiro salió de sus labios mientras revisaba las fotos que había subido en los últimos meses. Giordano era bastante asiduo de aquella red social y como en todo, era bastante popular. En cada foto que subía, se encontraba con diez o veinte comentarios y un montón de likes. Los usuarios que le seguían iban de todo un poco, desde los que hablaban de lo guapo que era, los que le preguntaban cuándo podrían salir por ahí, hasta los que eran amigos y presumían de ello, hablando de cosas que sabían que los demás no entenderían.

"Esa foto me recordó a aquella vez que..."

"Hay que ir otra vez allá"

O la más frecuente "¿Te acuerdas cuando..."

Todo para tratar de llamar su atención. Claro, había sus excepciones, por ejemplo, estaba Joseph, que solo aparecía a quejarse cada vez que se tomaba una foto con su novia. O Nina, quien a menudo hacía comentarios random o respondía preguntas hechas de manera directa por él.

Suspiró, frunciendo el ceño mientras le daba una buena revisada a las cuentas que más comentarios habían dejado y se encontró con un par que llamaron mucho su atención: JulianDLV y RomeoC18.

Por la manera en la que hablaba con aquellos dos, era obvio que se conocían bastante bien. El primero, se la pasaba diciéndole cosas feas a Dano y el segundo, actuaba de manera mucho más tranquila y seria. Sin embargo, era obvia el aura de amistad entre los tres.

Sintiéndose presionado por sus inseguridades, terminó entrando a las cuentas de los dos, pero eran privadas, así que desistió de investigar más ¿De qué le serviría de todas formas? Ya era lo bastante masoquista al acompañar a Giordano en aquel ridículo viaje ¿Encima tenía que buscar al susodicho en Instagram? No, aquel era un modo de autoflagelación psicológica demasiado cruel. No estaba dispuesto a caer en ello ¿O sí?

Tratando de enviar lejos todos los monstruos que lo asechaban, se fue a dormir, rogando por no tener sueños depresivos sobre lo que le esperaba en el viaje. Mientras se acostaba en la cama y escuchaba a Giordano hablando por teléfono, descubrió en la mesa el sobre de la invitación que había sellado el futuro de sus vacaciones. Frunció el ceño, tomando entre sus dedos el fino papel con brocados y dos palomas volando juntas al frente. La invitación estaba todavía sellada, lo cual era extraño, pero de todas formas se abstuvo de abrirla. Al girarla, se encontró con un mensaje escrito a mano, en una preciosa letra caligráfica.

"Para Giordano Evangelisti

De Romeo y Julian"

De Romeo y Julian"

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El camino de Giordano (LCDVR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora