Capítulo 2

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Finalmente llegó mi día. Mi madre pudo hacer el intercambio de colegio, a partir del lunes comienzo en la escuela que asisten mis hermanos. Estoy muy emocionada, no veo la hora de no ir más a ese horroroso instituto. Gracias a mis calificaciones el cambio pudo ser rápido, además la recomendación que escribió el director también ayudó. Cuando mi madre le contó todo lo que viví, él no dudo en suspender a estas chicas. 

-Hija, ¿puedes ir a comprar unas cosas para la cena? -escucho a mi madre preguntar desde la cocina, me encuentro sentada en el sillón de la sala mirando televisión. 

-Claro mamá.

Mi madre me dijo lo que tenía que comprar y simplemente salí de casa. El supermercado quedaba a unas tres cuadras, me sentía mucho mejor y tenía ganas de salir a la calle. Hay días que salgo a caminar sin rumbo y siempre termino en el mismo lugar. Pero hoy no es el día, más adelante les contaré de mi escondite especial, solo Brando sabe de él. Mi ojo ya no está hinchado, quedó un poco violeta, pero con maquillaje lo solucioné ésta mañana. Respecto a mi brazo, aún sigo con el coso ese que me lo agarra, no recuerdo su nombre. Mi espalda ya no duele tanto gracias a los calmantes.  

El cielo se encuentra soleado, el viento empuja mi cabello, amo sentir el viento en la cara. Mientras que camino pienso en Bastián, no puedo sacarmelo de la cabeza. Esos ojos, esa boca, sus brazos, todo. Recuerdo todo de él y solo bastaron estar unas horas para que no pueda dejar de pensar en él.  Es imposible que estemos juntos, es casi un hermano para Brando, y por como es él, sé que sería imposible.

Finalmente llegué al supermercado, recojo todo lo que mi madre me pidió y voy a la caja. Y como si el mundo quisiera estar en mi contra, veo esa espalda y sin duda sé a quién pertenece. Es de la misma altura que Brando, su espalda es gigante.

Intento mirar para otro lado, no quiero que me vea. Lo único que pienso es que es jodidamemte perfecto y que estoy hecha un asco, y que no quiero que me vea así.

La señora de la caja llama mi atención, camino hasta ella y comienza a pasar los productos. No digo ni una palabra, simplemente la observo. Tampoco miro a Bastián. Una vez que está todo pasado, me dice cuánto es y le entrego el dinero. Tomo la bolsa con mi brazo sano y me voy hacia la salida. Al parecer Bastián ya se fue, menos mal, no quería que me vea así.

-Vera.

Ay dios no, ¡por favor no! Por unos segundo pienso en hacer como si nada y seguir caminando. Pero al parecer mi cuerpo quiere hacer otra cosa, mis pies se giran y el resto de mi cuerpo lo sigue. Lo primero que veo es su pecho gigante con su campera de cuero, luego mi vista va directamente hacia sus ojos y sonrío sin querer. Él me muestra su preciosa sonrisa, y si antes estaba encandilada por este chico, ahora estoy cegada.

-Hola -le digo casi en un susurro, me está mirando a los ojos y me intimida un poco. Tiene un cigarrillo en su mano. Se acerca y me da un beso en mi mejilla, le respondo como puedo ya que me sorprendió.

-¿Te acompaño a tu casa? -su voz es tan grave como lo recordaba. No sé qué responderle, una parte de mi quiere decirle que sí, pero la otra parte quiere que me aleje.

- No te preocupes, voy caminando. Gracias igual Bastián -le digo su nombre casi en un susurro, dejo un beso en su mejilla y doy media vuelta intentando marcharme de aquí y pensar cuán estúpida fui. 

Escucho como una chica grita su nombre, intento mirar sobre mi hombro y veo a una joven rubia preciosa, con un cuerpo hermoso. Su cabello es muy largo y se viste muy bien. Veo que se le tira a Bastian, él simplemente le sonríe pero nuestros ojos se vuelven a encontrar, intento sonreír pero no funciona. Lo miro por última vez, y me voy triste hacia mi casa. 

Era obvio que él tiene novia, además era muy bonita, perfecta, tenía todo lo que yo no tengo. Por un momento pensé que algo ocurría entre nosotros, pero fueran ideas mías. Ahora debo sacar a Bastián de mi cabeza.

Luego de varios minutos llego a mi casa, mi madre se encuentra en el mismo lugar. Le dejo las cosas y decido ir a dar una ducha para aclarar mis pensamientos. No sirvió de mucho, ya que esos preciosos ojos color miel se aparecen en mi mente. Y me permito soñar con ellos, solo es una fantasía, porque él nunca se fijaría en mí. 

No comprendo cómo este chico  puede estar tan impregnado en mi, apenas lo conozco, no se ni su apellido, pero estoy pensando constantemente en él. Nunca me pasó algo así, tampoco estuve de novia, si tenia algunos que otros chicos, pero a mi no me interesaban. Pero Bastián se encargó de quedarse grabado en mi mente, en las pocas horas que estuvimos juntos.

-Vera, la cena está lista -escucho como mi madre grita.

Decido ponerme unas calzas negras y una remera blanca, algo muy sencillo y de entre casa, y mis crocs que mi hermano Brando me regaló, que en verdad son muy cómodas. Él siempre se encarga de darme plata o me compra ropa con su trabajo, gracias a él mi "look" mejoró muchísimo, no sé que haría sin Brando.

Cuando bajo me encuentro con mi madre y mis hermanos. Todos están muy emocionados ya que mañana comienzo en la nueva escuela donde están mis hermanos, yo debo admitir que estoy un poco emocionada.  

Este año Brando termina el secundario, yo ingresaré a tercer año. Dice que me va a cuidar en la escuela, espero que no me suceda nada de todo lo que me sucedió, ya no quiero más golpes, no quiero recibir más nada. 

-Vera, ve a descansar que yo me encargo de limpiar -dice mi madre. Se encuentra tan cansada que siempre la  ayudo, por más que muera de sueño. 

La ayudo a recoger todo, ambas estamos en silencio. Mi madre cada día se encuentra más débil y no nos cuenta nada, me preocupo mucho por ella, sin ella no soy nada. Ella cumple los dos roles, el de madre y el de padre, ya que él brilla por su ausencia. Tengo entendido que es narcotraficante, uno de los más peligrosos, es por eso que nunca está en casa; apenas nos pasa dinero, mi madre lo invierte en la casa y en nosotros. 

Ella estuvo muy enamorada de mi padre, pero mi padre con el pasar de los años nunca más volvió a ser el mismo. Y eso a mi madre la pone muy triste, pero ella se hace ver fuerte por nosotros. Brando no puede ni verlo a su progenitor, por mi parte me da igual, ya que lo vi como mucho 4 veces a lo largo de mi vida. 

Una vez que terminamos de limpiar todo, nos vamos a descansar. Mañana será un día nuevo. Espero que mi vida cambie, espero poder salir adelante de todo lo que me viene sucediendo a lo largo de los años, espero poder ayudar a mi madre y también espero que Bastián deje de aparecer en mis pensamientos.

Lo último fue una mentira, ese chico me tiene encandilada. Mis ojos comienzan a cerrarse.

   ❤  ❤  ❤  ❤ 

Holaa

Aquí un nuevo capitulo, de esta nueva historia. Espero y deseo que les guste.

No se olviden de votar y comentar, se los agradecería muchísimo ❤ ❤ 

Besos Mi  ❤  







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