Los días pasaron, mis lágrimas también. Cada día que pasa lo extraño más. Los primero días fueron horribles, mi madre y Sammy siempre estaban ahí para mí. Mis hermanos igual, con la única excepción que ellos pensaban que era por culpa de un chico del colegio, y no por Bastián, el mejor amigo de mi hermano mayor.
Ya han pasado 3 meses desde que Bastián se fue para siempre. Los primeros días fueron horribles, pero luego con la ayuda de mi familia pude ir saliendo de la angustia.
Pero ahora tengo un motivo para estar bien, para estar fuerte. Hace dos meses atrás, para ser exactos una semana después que el amor de mi vida se fue, me enteré que estaba embarazada. Así que intento salir de este agujero y poder estar completa para mi hijo o hija.
Intente comunicarme con Bastián, pero simplemente se esfumó así como si nada. Sé que Brando se comunica con él, pero ya no me interesa. Intenté dejarle un mail y me salió rebotado.
Cuidaré a mi hijo sola y lo amaré por los dos. Bastián es el único que pierde aquí, en mi vientre se está formando una personita hermosa. Gracias a Dios podré criarla y amarla, intentaré ser la mejor madre del mundo, siempre presente.
Estoy por cumplir los cuatro meses, no veo la hora de que llegue y saber si es un niño o una niña. Mi madre está muy emocionada, mis hermanos desde el día que les dije, me iban a apoyar en este nuevo camino. Ninguno pidió una explicación y en verdad se los agradezco, algún día le tendré que contar la verdad; pero no es el momento.
Con Emanuel estamos un poco distanciados, finalmente se puso de novio con aquella chica del colegio. Él está muy enamorado, ella no me cierra para nada. Pero bueno como amiga de Ema lo apoyaré siempre.
Me encuentro recostada en el sillón del comedor, mi madre está haciendo la comida; quise ayudarla pero tengo unas náuseas horribles. Estoy mirando un programa de chimentos, pero no le presto mucha atención, mi mente está en Bastián. ¿Qué estará haciendo? ¿Estará de novio? ¿Me extrañará?
Son preguntas que me hago de vez en cuando. Lo peor de todo es que intento estar molesta con él, pero no puedo. Lo amo tanto que no estoy enojada. Sé que él no quiso irse, lo obligaron; seguramente fue su padre. Lo único que lamento y me decepciona es que no quiso luchar por nuestro amor.Un ruido hace que vuelva a la realidad, miro para la cocina y veo a mi madre tirada en el suelo.
-¡Mamá! -grito.
Lo más rápido que puedo me acerco a ella, noto que sus ojos están cerrados y veo que tiene un pequeño corte en la cabeza.
-Mamá -comienzo a sollozar.
No me puede estar pasando esto. Como puedo tomo el teléfono y llamo a la ambulancia. Le pido que vengan urgente y eso hacen. Cinco minutos después, me están tocando el timbre. Com mucho cuidado dejo a mi madre en el suelo y voy corriendo a la puerta.
Lo único que puedo hacer es señalar a la cocina, entran dos muchachos y una chica. Observo como cargan a mi mamá en una camilla y sigo en shock.No sé en qué momento mi hermano Franco llega y me abraza. Sigo llorando en su hombro, mi madre no se puede ir, no ahora.
-Vera tranquila, ahora iremos en el auto al hospital. Tienes que respirar hermanita -intento escuchar a Franco. Una vez que estamos en el auto, me siento y coloco el cinturón. Franco acelera con todo y vamos atrás de la ambulancia.
No puedo creer lo que está pasando, mi madre tiene que estar bien, no me puede abandonar ella también. Tiene que conocer a su nieta o nieto. No puede irse.
-Vera, tranquila hermanita, ya llegamos.
Asiento y salgo del auto, menos mal que Franco llegó y está aquí conmigo. No tuve ni tiempo de avisarle, llegó en el momento justo y se lo agradezco. Fran hizo todas las averiguaciones y estamos subiendo en el ascensor hasta el piso 3.
-Brando está con mamá. Vera por favor volvé -intento hablarle pero solo puedo mirarlo. Lo único que hago es acercarme a él y abrazarlo, me responde y simplemente me quedo ida.
Cuando llegamos al piso, observo a Brando sentado con sus brazos apoyados en su rodillas y su cabeza sujetada con sus manos. Al parecer se da cuenta de nuestra existencia y se acerca a nosotros. A mi hermano le da una suave palmada en la espalda, pero cuando me ve a mi, me abraza y comienzo a llorar más fuerte.
-Mi pequeña, tienes que estar tranquila, tienes a un bebé en tu vientre -comienzo a tomar aire, intento regularizar mi respiración.
Pasamos toda la tarde en el hospital, esperando a que el doctor salga de la habitación. Necesitamos saber que ocurre. Mis hermanos siguen al lado mio, me trajeron algo para comer. Simplemente lo hice por mi bebé, porque no tengo hambre. Ni siquiera puedo comer, lo único que deseo en estos momentos es que mi madre esté bien.
Siglos después, o eso me pareció a mi, emerge el doctor por la puerta y se acerca a nosotros tres. Me ayudan a levantarme y observamos al doctor.
-Chicos, su madre ya despertó y quiere hablar con ustedes tres.
-¿Qué ocurrió doctor? -Brando pregunta.
-No les puedo decir, ella quiere contárselos. Por favor, pasen.
No entiendo nada, pero tampoco rechistamos. Avanzamos hacia el cuarto y vemos a mi madre acostada en la camilla conectada a algunos aparatos. Cuando nos ve, una sonrisa aparece en su rostro.
-Mis pequeños -siempre nos llama así; su voz está un poco rasposa. Me acerco a la camilla y le tomo la mano con cuidado.
-¿Qué sucede mamá? -de repente mi voz vuelve a cobrar vida. Simplemente quiero saber que pasa aquí.
-Quiero que me escuchen con atención. Mi tiempo ya pasó, es hora de irme. No se los dije antes, no quería ser una carga para ustedes, sabía que este día iba a llegar muy pronto. Es difícil ésta situación, pero sé que crié a mis hijos de tal forma que podrán seguir adelante. Me diagnosticaron cáncer hace 6 meses atrás, lamentablemente lo descubrieron muy tarde. Me dieron tres meses de vida, pero mi cuerpo y alma quisieron estar más tiempo con ustedes. Y se lo agradezco a Dios. Me gustaría hablar en privado con cada uno si es posible.
Brando y Franco se fueron. Quedamos solo nosotras. No comprendo nada, no comprendo como es que no me di cuenta.
-Vera, sé que te estás preguntando qué sucede, cariño tranquila. Lamento que hayas tenido que verme así en la cocina. Llegó mi día mi amor, intenté vivir hasta el máximo. Serás una madre increíble y siempre voy a estar cuidándote desde donde esté. Te amo hija, sos mi luz. No quiero que te culpes, no quiero que tu cabecita comience a pensar cualquier cosa. Yo decidí no contarle nada a ninguno, no se dieron cuenta porque yo me iba cuando tenía episodios. Pero ya no puedo más y me voy de aquí pero muy feliz, muy feliz por los tres hijos que tengo. Tus hermanos siempre estarán para ti, desde pequeños les enseñé que se cuiden entre ustedes, espero que no me fallen en eso. Es lo único que les pido, que siempre estén para ustedes, son una familia y quiero que sean fuertes.
-Mamá no te podes ir, por favor. Te amo y quiero que conozcas a tu nieta y que vivamos juntas muchos momentos felices; y que miremos películas -mi madre simplemente me mira y observo como una lágrima se cae, con mi mano la limpio.
-Hija ya no puedo más, mi cuerpo no puede más. Le agradezco a la vida estos tres meses que pude estar demás, y ahora comprendo por qué. Me necesitabas hija y también tenía que enterarme de tu hermosa noticia. Quiero que recuerdes todos nuestros bellos momentos. Y antes de terminar mi amor, Bastián va a regresar, lo sé. Algún día lo hará y ese día quiero que te acuerdes de esto que te voy a decir. No fue su culpa, él no quiso irse, lo obligaron; no estés enojada con él. Cuando regrese te contará todo y vas a ver que serán felices por siempre, en verdad te lo deseo cariño. Ahora ven y dame un abrazo gigante.
Nos abrazamos y me susurró al odio que me ama. Infinitas veces le susurro que la amo y que siempre estará en mi corazón. Luego me voy de la habitación y entra Franco. Mientras tanto Brando me está esperando, apenas lo veo me siento en su regazo y me abraza fuertemente.
-Vera tranquila, estoy aquí para cuidarte siempre. Superaremos esto cariño.
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DESTROYED
RomanceTercer libro #SAGABONITA Esta historia es sobre Vera Harrit, la hermana de Brando Harrit. Vera, una joven de 27 años con una hija de 7 años llamada Serena; y su pareja de 28 años, Emanuel, un joven empresario. Bastián, joven arrogante de 28 años...