Capítulo 23

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Luego de ver esa noticia, me quedé por unos días un poco triste, recordando cada momento vivido con Bastián y siempre termino en el mismo lugar. ¿Qué es lo que pasó? ¿Cómo puede ser que de un día para el otro todo se cortó? ¿Qué hice mal? Todas estas preguntas me las hice desde que corté con Bastián, y hasta el día de hoy no logro responder ninguna. Todo sucedió tan rápido que ni cuenta me di.

Pero bueno,  me cuesta dejar el pasado atrás si tengo una hija de él y constantemente aparecen noticias sobre su vida amorosa. Lo peor de todo es que me hubiese encantado estar en el lugar de la chica esta, no se ni su nombre. Lo único que se es que es modelo y eso es más que suficiente. 

Mi hermano por suerte nunca lo nombra y se lo agradezco en silencio. Ellos son muy amigos, sé que se siguen hablando porque a veces los escucho hablar por teléfono, pero nada más, apenas veo que es Bastián me voy. Justo cuando venía progresando tiene que aparecer esta noticia horrible para mi, seguramente su padre debe estar chocho. 

Escucho el llanto de mi pequeña, vine a la cocina a buscar algo de beber. Me acerco rápido a la habitación y ahí se encuentra ella acostada en su cunita, llorando. Estuvo durmiendo por más de dos horas, tiene hambre mi princesita. 

-¿Qué sucede cariño? -le digo mientras que la alzo a mis brazos y la acuno suavemente en ellos. 

Inmediatamente su llanto cesa cuando nuestros ojos se conectan, me recuesto un poco y mi niña ya sabe que hacer. Es tan pequeña y hermosa, su cabello crece un poquitito con el paso de los días, su naricita es pequeña y su boca también, pero sus labios son un poco gruesos. Sus manitos son tan tiernas, y el detalle de sus orejas, sus pequeños corazones de oro, le dan un toque especial. 

Así nos quedamos un rato, mi niña disfrutando de su almuerzo y yo mirando las noticias en la televisión. Esta noche vienen Lucas y Sammy a comer, mis hermanos y mi cuñada. Pienso hacer unas tartas y algunas cositas más, Brando se fue a la Universidad pero regresará dentro unas horas.  

Una vez que la pequeña está satisfecha, me dirijo al comedor, le pongo unos dibujos, sé que no reconoce mucho ya que apenas tiene semanas, pero son una compañía; pienso yo. Ahora va a hacer un poco de noni, así que me siento con ella y miramos los dibus, son tiernos y muy coloridos. Sere se va quedando dormida y la dejo en su huevito, la coloco en la mesa de la cocina y comienzo a ver qué tengo para preparar la cena. Por suerte tengo todo lo que necesito, Brando hizo las compras hace poco. Dentro de un rato me pondré a preparar la comida, pero ahora voy a mirar una serie en Netflix.

Son las cinco de la tarde, Brando llega en cualquier momento. Preparo unos cafés, el mío descafeinado y el de él común. Corto unos pedacitos de budines y lo espero. Mientras que me siento en el sillón del living a esperarlo, más rápido de lo que pensé, escucho el sonido de las llaves, pero escucho una voz que no reconozco, al parecer vino acompañado. Giro mi rostro y me encuentro con Brando y Emanuel, mi mejor amigo de toda la vida.

-¡Emaaa! -grito y corro hacia él, me le tiro encima prácticamente. Este tiempo que estuvimos separados lo extrañé muchísimo, él sabe todo lo de Serena. También sabe mi historia con Bastián, un día se lo conté todo, no podía ocultarle a él la verdad. 

-Verita -me dice él al oído y seguimos abrazados. Emanuel es mi mejor amigo, mi hermano, es muy importante en mi vida. 

-¿Qué haces acá? -finalmente nos separamos y le di un beso a mi hermano.

-Vine unos días a visitarlos y a conocer a la pequeña Serena, quiero conocer a mi sobrinita del corazón. 

Brando desapareció como siempre y estamos sentados en el sillón admirando a mi princesita, le estuve mandando fotos a Emanuel de Sere. 

DESTROYEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora